domingo, 29 de diciembre de 2002

Cavallo sólo lamenta no haber peleado más para ser presidente

Estoy muy bien. Muy tranquilo. No estoy participando activamente de la vida política. He decidido durante un tiempo ser un observador y reflexionar sobre mi propia experiencia. Y espero volver en la segunda mitad de este año, o a más tardar el año próximo, para retomar mis actividades profesionales y políticas".Esto es: vuelve por más. Es cierto que Domingo Cavallo está más tranquilo: con algunos kilos menos que los que desplazaba cuando los ajetreos de su vida pública, su voz, cosa rara, es un remanso; sus gestos, los de un director de orquesta en pleno adagio; a veces, cuando nombra a quienes considera sus enemigos declarados, sus ojos parecen recobrar el brillo feroz de los días de batalla. Pero es un reflejo. Enseguida retorna el autodominio. Está de paso en Buenos Aires. Enero lo llevará de nuevo a Nueva York, donde da cátedra en la New York University que lo tiene contratado hasta agosto. Después promete, o amenaza, con el regreso a la política.Esa reflexión de la que habla, ¿qué le dice?Que hay una dirigencia argentina que tiene una actitud muy irresponsable. Y que lo único que busca es el poder por el poder mismo. Y que aprovecha las circunstancias para conquistar ese poder aún a costa de causarle graves daños a la gente. Lo que más me impresiona de todo lo vivido en la Argentina, es la traición que el actual gobierno, al que yo identifico como un gobierno de Duhalde apoyado por Alfonsín, ha hecho a los ahorristas y a los pobres. Porque utilizó la bronca de la gente para conquistar el poder y luego, lo primero que hizo fue pegarle un golpe adicional a los pobres a través de la pesificación, la devaluación, la creación del "corralón", en beneficio de las empresas fuertemente endeudadas y los gobiernos provinciales, en especial el de Buenos Aires.Sin embargo mucha gente le adjudica a usted la responsabilidad del estallido de la economía, el corralito, la confiscación de los depósitos. ¿No lo siente así?No del lado de la gente. Lo noto, sí, del lado de los medios. Y en particular de Clarín. Pero de la gente, no. La gente, cuanto más tiempo pasa, más se da cuenta de que yo traté de evitar que les confiscaran sus depósitos y que hubiera una devaluación destructora del salario real. La gente percibe la realidad mucho más allá de lo que plantean los medios.Usted siente que puede caminar tranquilo por la calle...Así es.¿Volvería hoy a la convertibilidad?En el sentido de la libre elección de la moneda, sí, por supuesto. Y además, se va a volver. Digo: que la gente pueda ahorrar en dólares si quiere, o en pesos, y se le cumplan los contratos en la moneda en que se hicieron. Al uno a uno, hoy, ya no se puede volver. No habría que haberlo abandonado. Pero no se puede volver. Pero a la estabilidad cambiaria con el dólar a un precio muy inferior al de hoy, sin duda que va a haber que volver.¿Por qué la convertibilidad no generó condiciones de crecimiento?La década del 90 fue la de mayor crecimiento del siglo XX.Doctor, el país está devastado...Pero eso es porque se gastó en el sector público mucho más de lo que debió gastarse, sobre todo en las provincias; es porque se declaró el default, porque se abandonó la convertibilidad, porque se pesificó y se devaluó.Eso pasó este año. La pobreza extrema del país no es del último año.Pero eso no tiene que ver con la convertibilidad, sino con el despilfarro de los recursos públicos, el gasto excesivo y no dirigido a resolver los problemas de la educación, la salud. No son causa de la pobreza los salarios de la convertibilidad, compara tivamente más altos que los de hoy.Cuando usted mira este país devastado y analiza las causas de la pobreza, ¿no se adjudica ninguna responsabilidad, usted que fue dos veces superministro de la Argentina?La responsabilidad que me adjudico es no haber trabajado mejor para haber conquistado el poder total: ser presidente de la Nación. En lugar de haber aceptado volver como ministro, tendría que haber perseverado por ser presidente.¿Vuelve para intentarlo?No sé. Si en algún momento veo que la gente vuelve a confiar en mí, seguramente lo voy a hacer. Pero no vuelvo con ese objetivo. Si no me hubiera metido en el gobierno de la Alianza, posiblemente hoy estaría liderando las encuestas.

domingo, 22 de diciembre de 2002

Domingo Cavallo “Nunca debí entrar al gobierno de la Alianza”

Domingo Cavallo está de vuelta en la Argentina. Vino de visita para las fiestas, pero se negó a dar entrevistas antes del trágico aniversario de la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. “No quiero que mis palabras ni mi imagen sean utilizadas para generar más tensión y violencia. Ya tuvimos suficiente”, dice el padre de la convertibilidad y del corralito. Ya distendido, en su oficina en Palermo, Cavallo viste una camisa que probablemente estuvo de moda hace muchos años, como el billete de “un millón de pesos” que adorna su colmada biblioteca y está firmado por él mismo, cuando fue presidente del Banco Central en 1982. A la hora de reflexionar sobre el último año, sus venas sobresalen y su piel enrojece, ocultando el tono de pálido de su piel, curtida por el invierno de Nueva York, donde ahora trabaja como profesor. En medio de su continua denuncia del “golpe institucional”, ya que según él, planearon Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde, quiere dejar en claro algunas cosas. Por ejemplo, que él no es rico, y que nunca penso en abandonar el país durante la crisis. “El día 20 recibí llamadas de la SIDE, que quería ponerme en un avión para que me fuera a Uruguay. Aparentemente, el que se ocupaba de todo era (Enrique) Nosiglia. Los radicales que estaban aliados con los peronistas querían que yo pidiera asilo, que apareciera como el problema del país. Querían provocar ese hecho para, sin Cavallo, poder reconstruir un gobierno entre el radicalismo y el peronismo bonaerense”, asegura. “El problema no era De la Rúa dice él al preguntarse si no está resentido por la actitud del ex presidente de dejarlo caer. Él estaba convencido de que lo que estábamos haciendo era lo único posible para evitar males mayores. Pero, con la actitud que tuvo el partido radical el 19 a la tarde y las conversaciones que sostuvo con el peronismo esa noche, obviamente De la Rúa ya no tenía ninguna posibilidad el día 20”. ¿Qué lecciones saca de todo lo sucedido el año pasado? Lo que ha pasado en la Argentina pinta de cuerpo entero a personajes muy importantes de la política argentina y define un estilo político que no ayuda a crear y a preservar buenas instituciones políticas y económicas. Porque la dirigencia alfonsinista del partido radical claramente destruye instituciones, a su propio partido y a su propio gobierno. La actitud de un (Leopoldo) Moreau, apoyado por Alfonsín y Ángel Rozas, de socavar permanentemente las bases de su propio gobierno y atentar contra su capacidad para aportar soluciones, es algo increíble. La vocación por la autodestrucción ahora se ha reeditado en la interna del radicalismo, en la que se ha dado un fraude alevoso. ¿También ve esa vocación autodestructiva entre los justicialistas?No, lo que sí veo allí es una transposición total de aquella jerarquía que les había predicado Perón de que primero la patria, después el partido y luego los hombres. Lo que hay en el PJ es una pelea a muerte por ver quién tiene realmente el poder en un plano personal, antes que pensar en la patria y el partido. Pero hay que advertir que el justicialismo cuando ha gobernado se ha unido para responder siempre a quien está en el poder: Se ha visto durante el gobierno de Menem y ahora con Duhalde. En realidad, creo que el justicialismo, incluido el menemismo, ha estado ayudando a que Duhalde pueda mantener cierto orden en el plano de paz interior y la seguridad.Si hubiera podido prever cómo terminaría todo, ¿qué hubiera hecho distinto hace un año?Yo no podía hacer nada distinto de lo que estaba haciendo. La Argentina tenía que terminar la reestructuración ordenada de su deuda. El 15 de diciembre habíamos logrado concluir exitosamente la reestructuración de 55.000 millones de dólares.... Y antes de pensar en cualquier modificación del régimen monetario o cambiario era fundamental terminar la reestructuración. Eso significaba hacerle una oferta a los tenedores de bonos del exterior y esa oferta sólo podía hacerse si lográbamos el apoyo del Fondo, del Banco Mundial y del BID. El Fondo nos ponía una sola condición: la aprobación del presupuesto para el 2002 con déficit cero, algo alcanzable. Por lo tanto, en esos días tenia que abocarme, como me aboqué, a convencer a los legisladores para que se reunieran y trataran el presupuesto.¿Es consciente de que para la mayoría de los argentinos la culpa de todo el descalabro económico es suya?No, yo no lo siento. Siento que prendo la radio, la TV y leo los diarios y sí, es así: hay una premeditada campaña para confundir el corralito con el corralón. Pero a nivel de la gente, yo creo que, sobre todo ahora que han levantado el corralito, queda claro que el corralito era algo que no perjudicaba. Era inducir un proceso de bancarización para que la gente pagara con tarjeta de débito, con cheque o transferencia bancaria lo que antes pagaba en efectivo. En todo caso, reconozco que perjudicó a los que operaban la economía informal. Pero el corralito se implementó para evitar una medida tan absurda como el corralón, que fue una estrategia deliberada de confiscar los ahorros.Usted formó parte de un gobierno militar, de uno peronista y de otro radical. ¿En quién confía menos?En el gobierno militar yo tuve un rol muy marginal: no era un gobierno constitucional, fue un accidente de la historia que nunca más se debe repetir: Pero claramente, el justicialismo tiene mucha más capacidad de gobierno y de resolver los problemas que el radicalismo. Y el período de De la Rúa fue muy claro al respecto.¿Volvería a participar en un gobierno de Menem?No voy a participar en gobiernos hasta el día en que la gente me elija para algún cargo. Pero voy a colaborar con los gobiernos que sean elegidos, en la medida en que se propongan en avanzar hacia la solución de problemas.¿Todavía sueña con ser presidente?Soy una persona ambiciosa, pero yo nunca planteé el tema en términos de ser presidente o no.Fue candidato en el 99....Si, pero sabiendo que no sería elegido. Mi ambición es poder hacer el máximo aporte que mi capacidad, mis conocimientos, mi experiencia, mi trayectoria, me permitan hacer para la organización del país. Para que tenga instituciones respetables y respetadas; para que la Argentina pueda ofrecer una mayor calidad de vida a su pueblo. No es una ambición personal.La gente lo ver como un hombre muy soberbio, cabeza dura. ¿Cuáles considera que fueron sus mayores errores?No creo en mi tozudez en temas económicos sea un error: Yo he sido perseverante en la verdad. Haber creído, como Alfonsín y Duhalde, que el default y la devaluación iban a resolver los problemas de la Argentina hubiera sido un tremendo error: Dicen que la ilusión fue la convertibilidad. ¡La convertibilidad fue una verdad! Nos permitió tener un fenomental nivel de inversiones y un fenomenal aumento de la productividad; hemos tenido la década de mayor crecimiento del siglo XX.¿No se arrepiente de nada?Mis errores han sido fundamentalmente políticos. Fue un error entrar al gobierno de la Alianza; Yo tenía que haber advertido que el radicalismo iba a terminar trabajando por mi fracaso como ministro, porque ellos querían el fracaso del modelo de los noventa. Intenté lo que políticamente era imposible: que la Alianza gobernara con sensatez y con coherencia.Pensó en algún momento: “¿Qué estoy haciendo acá?”Esa sensación la tuve a lo largo de todo el segundo semestre. Pero soy una persona que, porque piensa en la Argentina y no en mi posicionamiento personal, estuve dispuesto a jugarme hasta las últimas consecuencias. Una vez que había entrado en el gobierno, y me había hecho responsable de manejar la situación económica, no iba a abandonar en el barco por más que tuviera enormes dificultades y sufriera por lo que estábamos pasando mi familia y yo.¿Se considera un patriota? No me voy a autocalificar; pero que amo a mi patria y he hecho todo lo que ha estado a mi alcance para resolver los problemas de la Argentina, no le quepa ninguna duda.

viernes, 8 de noviembre de 2002

La inversión y el desorden financiero global

El abaratamiento de los costos de transporte y comunicación genera una creciente globalización de la economía. Sin embargo, las instituciones y las decisiones políticas siguen siendo predominantemente nacionales.Ha habido un grado relativamente elevado de coordinación de las políticas comerciales a través de las negociaciones de comercio multilateral, regional y bilateral. No obstante, se ha dado una escasa coordinación internacional de las políticas e instituciones monetarias. En algunas instancias previas de globalización existieron instituciones monetarias internacionales tales como el Patrón Oro, que rigió entre 1870 y 1930, y el Sistema Bretton Woods de Tipo de Cambio Fijo, entre 1945 y 1971. Empero, las circunstancias actuales son distintas. La Economía Global carece de verdaderas instituciones monetarias internacionales.A fin de buscar la estabilidad de los precios, se sostiene que cada país debe contar con su propia moneda nacional y dar independencia a su Banco Central. Por lo tanto, existen casi tantas de las denominadas “políticas monetarias independientes” como economías nacionales, y las tasas de cambio fluctúan sensiblemente según cómo interactúen las distintas políticas nacionales frente a los shocks reales externos que afectan a los países.Existe un fuerte respaldo intelectual hacia la idea de que las negociaciones comerciales tendientes a establecer instituciones de comercio globales reforzarán el potencial de crecimiento de todas las economías nacionales involucradas. No obstante, ése no es el caso cuando se trata de la organización de un verdadero sistema monetario internacional, a pesar de que las instituciones monetarias son, cuanto menos, tan importantes como las instituciones comerciales para facilitar la toma de decisiones de inversión en el contexto de una Economía Global.Más aún, mi planteo es que para las economías emergentes, la falta de adecuación de las instituciones monetarias nacionales, así como la ausencia de un sistema monetario internacional capaz de proporcionar un ancla para las instituciones nacionales, puede resultar un obstáculo más serio para el crecimiento que las actuales restricciones al comercio exterior.Inversión y productividad El crecimiento se origina en la inversión y el incremento de la productividad. Claramente, los proyectos de inversión comienzan a evaluarse si existe demanda de los bienes y servicios que puede generar una mayor capacidad productiva. Los precios relativos no hacen más que resumir la información referida a la demanda de bienes y servicios frente a la oferta real, y el libre comercio reduce las distorsiones del mercado que, de otra manera, mantendrían bloqueadas las oportunidades de inversión. Eliminar las distorsiones mediante la desregulación y la liberalización del comercio a nivel nacional, y propiciar negociaciones de comercio internacional auspiciosas son indudablemente una buena estrategia para las economías emergentes. La desregulación y la liberalización del comercio abren muchas oportunidades de inversión que de lo contrario se mantendrían cerradas. Quedó ya demostrado que la vieja idea de que las posibilidades de inversión pueden crearse imponiendo regulaciones y limitaciones al comercio exterior es errónea, porque este tipo de inversión normalmente no genera un fuerte crecimiento de la productividad. La competencia creada por políticas tales como la desregulación y la liberalización del comercio demuestra que las oportunidades de inversión que se generan exigen tecnologías más productivas y elevan el nivel de productividad. Inversión, ahorro y capital Pero, una vez creadas las oportunidades de inversión, la inversión misma se determina e implementa si existe disponibilidad de capital. Y el capital se origina en el ahorro. En una economía emergente, el primer paso para que el capital esté disponible a los inversores es crear las instituciones que movilicen el ahorro interno para que el capital llegue a acumularse dentro de la economía nacional. Cuando desde el exterior se observa que los ciudadanos de una determinada nación invierten sus fondos en su propia economía, los ahorristas extranjeros comienzan a considerar la posibilidad de tomar riesgos de inversión en esa nación. Las instituciones monetarias, incluso los mercados financieros y de capitales, son indispensables para facilitar o impedir la canalización del ahorro interno hacia las oportunidades de inversión locales. En consecuencia, también lo son para determinar si tal o cual país resultaría un buen receptor del flujo de capitales extranjeros o más bien todo lo contrario.Factores como la globalización de los mercados financieros y la creciente facilidad para movilizar capitales entre países ofrecen a los ahorristas de una determinada economía nacional la oportunidad de invertir en el exterior cada vez que sus fondos corren el riesgo de evaporarse a causa de la inflación, los impuestos o cualquier tipo de confiscación. Las economías con vasta experiencia en tales fenómenos adversos encuentran mayores dificultades para construir instituciones monetarias dignas de confianza. Las instituciones monetarias adoptadas por los diferentes países se relacionan directamente con su experiencia pasada.Es así que naciones con una larga trayectoria en estabilidad de precios y políticas monetarias responsables cuentan con monedas fiduciarias totalmente convertibles, administradas por autoridades monetarias independientes, y sistemas de flotación libre de cambio. Tal es el caso de los Estados Unidos, el Reino Unido, Japón, Canadá, Australia, Singapur y la mayoría de la los países de la Unión Europea antes de que se creara el euro. El euro es una unidad monetaria como cualquier otra, con la única diferencia de que no se trata de una moneda de curso meramente nacional sino regional, es decir, ha sido adoptada por once países. La necesidad de un ancla para las instituciones monetariasLas naciones con cierta trayectoria en procesos inflacionarios y dificultades para lograr monedas confiables han intentado diversas alternativas institucionales. Una de ellas es la participación en un área monetaria ampliada, cuyo mejor ejemplo es el caso del euro. Países como Italia, España, Grecia y Portugal, que pagaban altas tasas de interés para los contratos de largo plazo a causa de su inestabilidad monetaria histórica, lograron revertir la incidencia negativa de sus expectativas inflacionarias sobre las tasas de interés a partir de la adopción del euro, y así comenzaron a gozar de los beneficios que brindan una moneda confiable e instituciones monetarias estables. Por su parte, las naciones de Europa Oriental tendrán la posibilidad de instrumentar este mecanismo para encontrar un ancla a la cual fijar sus aún inestables monedas. Sin embargo, tanto las economías latinoamericanas como las asiáticas por el momento siguen sin encontrar una solución similar factible de ser aplicada. En la práctica, la mayoría de estas economías han empleado el dólar estadounidense como ancla para sus regímenes monetarios nacionales. La utilización del dólar como ingrediente crucial para las instituciones monetarias nacionales de las economías emergentes adoptó diversas modalidades. En un extremo se encuentran los países que dolarizaron completamente sus economías. Tal es la situación de Panamá, El Salvador y Ecuador. Otros, han dejado flotar sus monedas frente al dólar estadounidense y han dado curso legal a ambos tipos de cambio, como es el caso de Perú y Uruguay, países en donde la mayoría de los depósitos a plazo y los contratos de largo plazo son constituidos en dólares. Por otra parte, están las naciones que no sólo han dado vigencia legal a la firma de contratos en dólares sino que han adoptado un rígido sistema de tipo de cambio fijo para la moneda nacional, o sea, una modalidad casi equivalente a la total dolarización. Y por último, aparecen las demás economías emergentes, quienes en su mayoría han adoptado, al menos por cierto tiempo, un anclaje al dólar menos rígido, es decir, más o menos débil para sus monedas locales.La opinión de las Instituciones Financieras Internacionales y de los profesionales en economía ha ido fluctuando según fueran favorables o desfavorables los resultados obtenidos con la implementación de tales estrategias monetarias. Desde las crisis mexicana, asiática, rusa y brasileña, se han pronunciado definitivamente en contra de los anclajes menos rígidos y han recomendado a los países adoptar tipo de cambio flexible así como organizar un Banco Central independiente para implementar una política monetaria nacional enderezada a alcanzar una determinada meta de inflación. Consecuencias de la crisis ArgentinaLuego de la crisis argentina, esas mismas instituciones internacionales y esos mismos economistas están comenzando a mostrarse muy críticos de los sistemas de cambio fijo más rígidos y de la dolarización, ya sea parcial o total. En mi opinión, realizan una lectura equivocada de la situación argentina así como de la responsabilidad que han tenido los cambios en las instituciones monetarias en la agudización de la crisis y la creciente complejidad para tratarla. No logran advertir la gran importancia que tiene el dólar en cada una de las economías emergentes como ancla para sus instituciones monetarias y medio de protección de los derechos de propiedad de los ahorristas. Imponer cambios en las instituciones monetarias para facilitar el ajuste deseado de los precios relativos, en especial en lo que se refiere a los bienes exportables frente a los no-comercializables, es una muy mala idea porque deja a la economía sin la seguridad de un respaldo legal de los ahorros y, además, destruye los mecanismos que permiten la movilización de los fondos internos a fin de proporcionar el financiamiento de la inversión local. En tales circunstancias, las economías nacionales nunca lograrán atraer el flujo de capitales sino que, por el contrario, sólo inducirán su salida del país.Las instituciones monetarias tanto como las políticas monetarias deberían emplearse sólo para consolidar la estabilidad de precios y crear confianza respecto de la protección de los derechos de propiedad de los ahorristas; entonces, no deberían manipularse para modificar los precios relativos de la economía. Los instrumentos apropiados para reajustar tales precios son las políticas y las instituciones comerciales, los impuestos indirectos y las regulaciones. La problemática situación de la Argentina durante 2002 muestra claramente que el intento de realinear los precios mediante la alteración de las instituciones monetarias constituidas durante la década del noventa no ha hecho más que profundizar la recesión y destruir los derechos de propiedad de los ahorristas[2]. No debería aconsejarse a ninguna economía emergente seguir la estrategia impuesta en la Argentina si lo que se busca realmente es preservar la posibilidad de crecer mediante el incremento de las inversiones y de la productividad. Argentina misma tendrá que trabajar duro y rápido si pretende reconstruir sus instituciones monetarias para asegurar a sus ahorristas que su riqueza financiera estará protegida frente a los cambios arbitrarios de las reglas del juego. Ello significara muy probablemente dejar de utilizar por mucho tiempo política monetaria discrecional. [1] Presentación realizada en la conferencia “Global Business Conference”, Universidad de Nueva York, Nueva York, EE.UU., 8 de noviembre de 2002.[2] Ver Cavallo, Domingo F.; “Argentina 2002: El reajuste de precios relativos que destruyó los derechos de propiedad”, disponible en el sitio www.cavallo.com.ar.

domingo, 6 de octubre de 2002

Para Cavallo, no hay Estado de Derecho

CORDOBA (De nuestra Corresponsalía).- Domingo Cavallo reconoció ayer que se "autoexilió" en Nueva York para contribuir a la pacificación del país, pero al mismo tiempo juzgó que las instituciones en la Argentina están desprestigiadas y que no existe Estado de Derecho, en un mensaje dirigido a la Fundación Mediterránea con motivo de sus bodas de plata. El ex ministro de Economía, que debió abandonar precipitadamente el gobierno de Fernando de la Rúa tres semanas después de implementar el corralito bancario y que luego padeció meses de detención por la causa sobre presunto contrabando de armas, decidió trasladar su lugar de residencia a Nueva York.Cavallo no desperdició la oportunidad del festejo del cuarto de siglo de la Fundación Mediterránea (cuyos equipos técnicos lideró durante años) para plantear puntos de vista sobre la situación argentina.En una carta que ayer leyó el presidente de la entidad, Fulvio Pagani -quien elogió al ex ministro-, Cavallo expresó su "voluntad de seguir trabajando para una Argentina mejor, aunque tenga que padecer este alejamiento temporario como contribución a la pacificación y reconciliación de nuestro pueblo".En un firme respaldo a la labor de la fundación, afirmó que "hoy, nuevamente, la Argentina necesita de su aporte para poder recrear un horizonte de confiabilidad y credibilidad que ha ido desapareciendo junto al deterioro de las instituciones y a las ausencias del Estado de Derecho".El dos veces ministro de Economía sostuvo luego que "el desafío es inmenso, pero no por ello imposible", y señaló su seguridad de que la entidad "puede lograrlo redoblando esfuerzos y honrar así la memoria de sus ilustres creadores (Piero Astori y Fulvio Pagani), que supieron ver el enorme potencial de nuestra querida Argentina".Por el paísLa fundación presentó ayer las bases de un programa económico que contempla la creación de un sistema bimonetario con convertibilidad flotante, rescate de los bonos provinciales, la reforma del sistema tributario -con una baja gradual del IVA al 18%-, la integración de un único padrón de beneficiarios de planes de ayuda social y un subsidio para las empresas privadas que dan empleo. Cavallo reafirmó que la distancia de su actual residencia transitoria "lejos de separarme de la realidad nacional acentúa mi espíritu argentino y mi voluntad de seguir trabajando para una Argentina mejor".El mensaje del ex jefe del Palacio de Hacienda fue rubricado con un cerrado aplauso de los presentes.

miércoles, 25 de septiembre de 2002

Cavallo, tranquilo en Nueva York y con la mira puesta en la pesificación

Considera que deben reconocerse en dólares los ahorros atrapados en el corralito* El ex ministro de Economía dará clases especiales en la Universidad de Nueva York* Dijo a LA NACION que escribirá un libro sobre la experiencia argentina NUEVA YORK.- "Hay que reconocer el valor en dólares de los ahorros de la gente. Si persiste la pesificación de los depósitos y los préstamos, la Argentina entrará en un estancamiento prolongado, sin ahorro ni inversión. Es clave resolver esto para avanzar."Desde su nuevo despacho en la Universidad de Nueva York, donde dictará cursos y seminarios hasta mayo próximo, Domingo Cavallo no pudo resistirse ayer a opinar sobre la realidad argentina que ha dejado atrás.Sigue todo el tiempo las noticias políticas y económicas, con llamadas de teléfono y por Internet; imprime los artículos de los diarios que le interesan y todos los domingos escribe una opinión en su página web personal (www.cavallo.com.ar).Relajado, delgado y de excelente humor, Cavallo habla pausadamente, pero con pasión por el país. "No me fui definitivamente. Estaré yendo y viniendo. De hecho, ahora vuelvo a Buenos Aires para arreglar asuntos de mi visa y poder enseñar aquí este semestre y cobrar mi sueldo", dijo a LA NACION Cavallo en su amplia y por ahora casi vacía oficina de la prestigiosa Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (NYU). Asegura que son "puras mentiras" las versiones periodísticas que señalaron que, por temor a señalamientos públicos, debió viajar en un avión privado."Me vine como cualquiera, en avión de línea y por Ezeiza", contó el ex ministro de Economía, que aquí se maneja, como cualquier neoyorquino, en subterráneo de un lado para el otro de la ciudad."En Buenos Aires iba a comer afuera y salía sin problemas. Obviamente que no iba a meterme a una marcha de protesta, pero hacía mi vida normal y seguiré haciéndola todas las veces que vaya, que serán muchas", añadió, mientras tomaba un café americano en Washington Square, la plaza frente a la universidad, en el corazón del Greenwich Village de Manhattan.El día estaba radiante y cientos de estudiantes de todos lados del mundo disfrutaban de la tarde en el parque, muy pocos reconociendo a este hombre calvo tan controvertido en la Argentina.Por la vuelta"Cuando el año próximo vuelva definitivamente a Buenos Aires seguiré haciendo política, aunque por el momento no me involucraré en esta campaña electoral", apuntó el fundador de Acción por la República mientras posaba para unas fotos al lado de la fuente donde años atrás solía tocar Jimi Hendrix.Cavallo llegó a Nueva York los últimos días de agosto. La Escuela de Negocios Stern lo había invitado a ser profesor visitante ni bien dejó el gobierno del presidente Fernando de la Rúa, pero no pudo venir por las decisiones judiciales que lo llevaron a la cárcel.De sus días de prisión (por el contrabando de armas a Croacia y a Ecuador) todavía guarda en su billetera tres estampitas que le dieron personas que lo visitaron en Campo de Mayo: una de San Benito Abad, otra de Nuestra Señora del Rosario y otra de la Virgen de Lourdes.No es la primera vez que Cavallo viene a enseñar a NYU, donde tiene varios amigos; ya estuvo por aquí desde septiembre de 1996 hasta mayo de 1997, cuando dejó el Ministerio de Economía luego de su alejamiento del gabinete de Carlos Menem.Ahora vive con su esposa, Sonia, en un departamento que le dio la misma universidad y que todavía no han terminado de amueblar. Tienen pensado ver seguido a dos de sus tres hijos, Sonia, que vive en Washington, y Eduardo, que estudia en Boston. El tercero, Alberto, está en Buenos Aires. Seminarios En NYU, el padre de la convertibilidad y el corralito no dará clases regulares sino que desde octubre participará en seminarios especiales para ejecutivos y clases de otros profesores, en cursos como "Desafíos y oportunidades en la inversión global", "Historia financiera", "Política macroeconómica", "Banca global" y "Modelos de liderazgo", muchos de los cuales tienen alumnos argentinos. Además, ofrecerá charlas y conferencias en la neoyorquina Universidad de Columbia y en institutos y centros académicos en Boston, Washington y Detroit. Serán doce meses de una agitada agenda académica, pero él igual piensa hacerse tiempo para disfrutar del teatro y el ballet con su esposa y también para escribir. "Intentaré escribir un libro sobre mi experiencia y sobre todo cómo enfrentar situaciones como la argentina que pueden darse en otros países -dijo-. Nosotros estábamos en pleno proceso de reestructuración de la deuda sin default. Era un proceso único para reducir la deuda y recuperar el crédito, pero todo se echó a perder con el golpe institucional."

jueves, 19 de septiembre de 2002

Argentina 2002: el reajuste de precios relativos que destruyó los derechos de propiedad

Columbia University, New YorkPor Domingo F. Cavallo y Eduardo CavalloLa década de los noventa[3]se caracterizó por la vigencia de una ley de 14 artículos aprobada por el Congreso Nacional el 28 de marzo de 1991. Esa norma, llamada “Ley de Convertibilidad” dio protección legal a un derecho que habían hecho suyo los argentinos, aún cuando la normativa anterior se lo negaba: poder utilizar a las monedas extranjeras, y en particular, al dólar, para proteger sus ahorros y contratar a mediano y largo plazo. La Ley de Convertibilidad fue una de las pocas normas nacidas de los “usos y costumbres” en un país de tradición jurídica napoleónica. Por haber legalizado un uso y una costumbre decidida por la gente, fue desde el vamos una norma muy popular.[4],[5] De la Ley de Convertibilidad se ha destacado, especialmente en el exterior, la supuesta fijación por ley del tipo de cambio en la relación 1 peso =1 dólar y se la ha analizado como “La Caja de Conversión Argentina” (the “Argentinean Currency Board”). En varias oportunidades explicamos que no había tal fijación del tipo de cambio, porque a lo sumo se ponía un techo a la cotización del peso en dólares (el 1 a 1) pero no se ponía un piso. Es decir, que el peso, en momentos de fuerte entrada de capitales, podía muy bien flotar para apreciarse. Ése constituía el mecanismo natural de salida (exit) del tipo de cambio fijo, sin abandonar la convertibilidad. Es decir, sin quitarle legalidad al uso de monedas extranjeras.[6]De hecho, en 1997, cuando la Argentina había superado totalmente la crisis Tequila y estaba creciendo vigorosamente, en lugar de absorber el impresionante ingreso de capitales que comenzó a producirse, podría haber dejado flotar el peso. En ese momento la flotación hubiera significado una apreciación y, por lo tanto, se podría haber planteado al Congreso la eliminación del techo 1 a 1 sin provocar ningún sobresalto. Y para sorpresa de todos los que habían confundido la convertibilidad con el cambio fijo, hubiéramos pasado a tener convertibilidad con tipo de cambio flotante, como la tienen la Europa del Euro, Canadá, Australia, El Reino Unido y Singapur. El caso de Singapur es particularmente interesante porque en ese país se salió del tipo de cambio fijo manteniendo la convertibilidad, precisamente a través de la flotación en momentos en que la moneda de Singapur necesitaba apreciarse frente a la Libra Esterlina primero, y frente al Dólar después.Cabe preguntarse entonces, ¿por qué la Argentina no fue a la libre flotación en 1997, cuando ello hubiera removido del horizonte la Espada de Damocles de la salida traumática con devaluación? La razón es política-electoral. Hacia 1997 se había desatado ya la competencia entre Menem y Duhalde por la candidatura presidencial del Partido Justicialista para 1999, y ambos decidieron utilizar al gasto público provincial como instrumentos para prevalecer en esa contienda. La libre flotación y la apreciación del peso hubieran significado frenar la entrada de capitales financieros de corto plazo y, por consiguiente, la fuente de financiamiento del creciente gasto provincial. En lugar de pensar en consolidar el sistema monetario que había devuelto la confianza a los argentinos, el gobierno prefirió facilitar el financiamiento del creciente déficit fiscal de las provincias, con lo que se creó el problema del endeudamiento excesivo y oneroso que no sólo haría insostenible el tipo de cambio fijo, sino, lo que es mucho más grave, terminaría con la convertibilidad.En síntesis, ésta digresión sobre lo que pudo haber sido y no fue, pretende argumentar, como punto de partida de este análisis, que lo permanente e importante para el buen funcionamiento de la economía argentina era la convertibilidad y no el tipo de cambio fijo. En otros términos, lo importante era la libre elección de la moneda y no, que la moneda nacional fuera inicialmente creada a través de una caja de conversión. Al principio se necesitaba la caja de conversión, es decir el respaldo en dólares 1 a 1 y el tipo de cambio fijo, para que la gente confiara y utilizara el peso. Pero en épocas de fuerte entrada de dólares, la caja de conversión se tornaba innecesaria y el peso podría haber pasado a ser una moneda inspiradora de confianza por el manejo responsable de un Banco Central autónomo. Lamentablemente, la oportunidad de tener convertibilidad sin tipo de cambio fijo se perdió en 1997 y luego de las crisis rusa y brasileña nunca volvió a presentarse.Pero, si el tipo de cambio fijo era prescindible, ¿porque lamentarse por la pérdida de la convertibilidad? ¿Era acaso tan importante que los argentinos pudieran elegir libremente la moneda para sus ahorros y sus contratos? ¿Por qué no hacer lo que consiguen tantos otros países, es decir que la gente ahorre en la moneda nacional y firme todos sus contratos, no sólo los de corto plazo, utilizando la moneda nacional? En la contestación a estas preguntas está la clave para entender qué es lo que pasó y qué es lo que esta pasando en la economía argentina. Y más importante aún, ¿qué es lo que hay que hacer para que la economía argentina retome su crecimiento y consiga sostenerlo en el tiempo?La Convertibilidad y la inversión en los ‘90 El principal efecto de la ley de convertibilidad, además de eliminar el flagelo inflacionario que había afectado a la economía argentina durante 45 años y que había desembocado en hiperinflación, fue permitir un importante aumento de la inversión. Por primera vez en muchos años, el ahorro nacional pudo canalizarse a la inversión a través de la intermediación financiera que no existía antes, porque había estado prohibida o severamente restringida la captación de depósitos y el otorgamiento de crédito en monedas extranjeras. Cuando los inversores extranjeros vieron que los argentinos estábamos invirtiendo en nuestro país, comenzaron a evaluar inversiones directas y financieras que hasta entonces no habían estado en sus planes. Este proceso fue incentivado por la desregulación de la economía y por la privatización de las empresas del estado. La desregulación y las privatizaciones abrieron oportunidades de inversión al sector privado que antes habían estado monopolizadas por el estado.
Inversión Anual per capita
(en dólares a precios constantes de 1995)
Década
80s
90s



Argentina
1,134
1,421
Brasil
843
909




Fuente: IMF-IFC CD-ROM. 2002 World Development Indicators CD-ROM, World Bank.Se produjeron fuertes inversiones en los sectores de la energía, los transportes, las comunicaciones, los servicios de almacenaje y comercialización, los servicios financieros, la minería, la agricultura y la industria manufacturera. Todos los indicadores de nivel y calidad de servicios, así como de producción de todo tipo de bienes, ponen de manifiesto el fuerte aumento de la capacidad productiva que se logró a través del aumento generalizado de las inversiones. Nada de esto hubiera ocurrido de no haberse creado la protección a los derechos de propiedad de ahorristas e inversores que se logró con la sanción de la ley de convertibilidad. La productividad y el crecimiento de la economía En décadas anteriores, particularmente durante los ‘60, también se había logrado una alta tasa de inversión. Sin embargo el crecimiento había sido reducido. ¿Cuál es la explicación del mayor crecimiento durante la década de los ‘90? Sin lugar a dudas, la diferencia entre la década de los ‘90 y las décadas anteriores radica en el aumento de la productividad que se logró con la nueva inversión en un contexto de apertura de la economía, desregulación y privatizaciones. La comparación entre la inversión per capita promedio anual en dólares constantes de 1995 entre la Argentina y Brasil demuestra que en Argentina el aumento de la inversión fue mayor. A pesar del Plan Real, la intermediación financiera en Brasil se siguió desarrollando en forma similar a como lo había hecho en las décadas anteriores y, por consiguiente, no se produjo un aumento significativo de la disponibilidad de financiamiento para la inversión

Ejercicio de Contabilidad del Crecimiento[7]



Argentina
1970 – 1990
1990 - 1998
Tasa de crecimiento (anual promedio) del PBI
0.7
6.3
Tasa de crecimiento (anual promedio) del stock de capital[8]
0.9
0.6
Tasa de crecimiento (anual promedio) de la fuerza laboral[9]
0.9
1.4
Tasa de crecimiento (anual promedio) de la Productividad Total de los Factores (TFP)[10]
-1.1
4.3
Brasil


Tasa de crecimiento (anual promedio) del PBI
4.9
2.7
Tasa de crecimiento (anual promedio) del stock de capital
1.9
0.8
Tasa de crecimiento (anual promedio) de la fuerza laboral
2.2
1.3
Tasa de crecimiento (anual promedio) de la Productividad Total de los Factores (TFP)
0.8
0.6El cuadro anterior muestra como la durante la década de 1990, la Argentina logró revertir la tendencia histórica que, durante las dos décadas anteriores, arrojó una tasa de crecimiento promedio de la productividad negativa. A modo de comparación, se ve claramente cómo Brasil durante la década de 1990, lejos de mejorar la tendencia histórica, tuvo una performance promedio peor a la registrada durante las dos décadas anteriores. La clave para entender el crecimiento argentino durante los ‘90 está justamente en el aumento de la productividad de los factores. La apertura de la economía no hubiera sido posible sin la reaparición del crédito que significó la puesta en marcha de la convertibilidad. Sin crédito, la agricultura y la industria manufacturera no hubieran podido modernizarse como lo iniciaron durante los primeros años de la década, y sin modernización, la competencia con el exterior hubiera sido imposible.Las privatizaciones fueron posibles desde que se autorizó la firma de contratos de mediano y largo plazo en monedas extranjeras. Con la larga experiencia inflacionaria de la Argentina y con las distorsiones que había creado la combinación de indexación con control político de los precios y tarifas de los servicios públicos, hubiera sido imposible redactar contratos de concesión a 30 años de no haberse dictado la ley de convertibilidadLa desregulación, es decir, la eliminación de restricciones a la competencia y la organización de mercados donde antes sólo había decisiones administrativas adoptadas por el gobierno, fueron posibles en un contexto de estabilidad de precios. Bajo alta inflación la competencia hubiera sido muy imperfecta y muchos mercados no se habrían podido crear. Para lograr el clima de estabilidad luego de la hiperinflación, la ley de convertibilidad fue la herramienta clave.

PBI y Exportaciones por décadas




Década

80s
90s
Tasa de crecimiento anual de PBI
(a precios constantes)




Argentina

-1.5
4.6
Brasil

1.5
2.7




Tasa de crecimiento anual de las exportaciones
(en dólares corrientes)




Argentina

4.4
7.9
Brasil

4.5
5.8





Fuente: IMF-IFC CD-ROM. 2002 World Development Indicators CD-ROM, World Bank.En síntesis, tanto el aumento de la inversión como el incremento de la productividad fueron una consecuencia de la convertibilidad. Y sólo la inversión y la productividad pueden explicar que durante la década del ’90 la Argentina haya superado en crecimiento de su economía y en aumento de sus exportaciones al Brasil. Además el crecimiento de la economía fue en la Argentina durante la década del ‘90 muy superior a lo que habían sido en las décadas anteriores. Las causas de la recesión que se inició a mediados de 1998Así como durante la década de los ‘90 se eliminó la inflación y se recuperó un vigoroso crecimiento de la economía argentina, no es menos cierto que desde mediados de 1998 la economía entró en recesión y, desde entonces, no ha logrado reactivarse. ¿Es la convertibilidad responsable de esta recesión? La respuesta a esta pregunta requiere analizar la relación entre la convertibilidad, el tipo de cambio fijo y el déficit fiscal. La recesión iniciada en 1998 tuvo su origen en el aumento del gasto de las provincias que se financió con crédito bancario. Esta política caracterizó al período 1997-1998 cuando Eduardo Duhalde, entonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, competía con Carlos Menem por la candidatura presidencial del Partido Justicialista en 1999. La gran magnitud asumida por la asistencia bancaria a las Provincias y las altas tasas de interés que éstas estuvieron dispuestas a pagar por préstamos garantizados con los recursos de la Coparticipación Federal de Impuestos, significaron una reducción del crédito al sector privado, manifestado, tanto por el racionamiento crediticio, como por el aumento de la tasa de interés. Este fenómeno se acentuó desde la crisis rusa, cuando comenzó a disminuir la afluencia de capitales hacia todas las economías emergentesLa recesión se hizo más severa y más intratable como consecuencia de la devaluación del Real en Febrero de 1999 y la depreciación sostenida del Euro entre 1999 y mediados del 2001. El tipo de cambio fijo entre el Peso y el Dólar no permitió que el peso se depreciara como habría ocurrido en un régimen de libre flotación y a la recesión se le adicionó un proceso deflacionario imprescindible para reestablecer el equilibrio de largo plazo de los precios relativos entre bienes exportables y bienes domésticos. Una alternativa para atenuar el efecto deflacionario de la posible depreciación del Euro hubiera sido la adopción a partir del 1 de enero de 1999 del patrón Dólar-Euro en reemplazo del patrón Dólar original. Pero de la misma forma como la libre flotación que hubiera sido posible en 1997 no fue ni siquiera considerada, tampoco lo fue la introducción del Euro en el régimen de fijación cambiaria en aquella época. Recién en Marzo de 2001, el Ministerio de Economía propuso y consiguió la aprobación legislativa para pasar del patrón Dólar al patrón Dólar-Euro, pero la economía ya había soportado durante dos años los efectos deflacionarios de la depreciación del Euro, además de los de la fuerte devaluación del Real.En síntesis, el déficit fiscal originado en la expansión del gasto provincial y el tipo de cambio fijo entre el Peso y el Dólar, explican la recesión y deflación que sufre la economía argentina desde mediados de 1998. ¿Era entonces imprescindible abandonar la convertibilidad para que algún día se pudiera salir de la recesión? Nuestra contestación es negativa. Por el contrario, nosotros creemos que abandonar la convertibilidad para sacar al país de la recesión es como demoler la casa para desobstruir una cañería. Lo que había que hacer era encontrar la forma de eliminar el déficit fiscal y corregir los precios relativos sin afectar la protección que la convertibilidad había venido brindando a los derechos de propiedad de ahorristas e inversores en la economía argentina.La eliminación del déficit fiscal era posible combinando una reducción acotada de los salarios nominales del sector público con una reestructuración de la deuda pública que significara una fuerte reducción de la factura de intereses, particularmente la de las provincias. Con convertibilidad, es decir, sin entorpecer el sistema de intermediación financiera utilizando monedas extranjeras, era más fácil lograr, tanto la reducción salarial como la reducción de intereses, porque el mantenimiento de un clima de estabilidad monetaria e institucional, permitía una administración ordenada de ambos procesos. De hecho, el Congreso Nacional aprobó la ley que permitía la reducción de salarios nominales y, de no haber sido por el abandono de la convertibilidad, la Corte Suprema de Justicia hubiera avalado esta decisión, tal como lo había hecho con otras reducciones salariales decididas en años anteriores.Los bancos, los fondos de pensiones y muchos tenedores de bonos argentinos respondieron positivamente a la propuesta de canje de bonos por préstamos garantizados con tasa de interés más baja y plazos más largos, lo que permitió reestructurar nada menos que 55 mil millones de dólares de deuda pública interna y economizar 4 mil millones anuales de intereses. Ello demuestra que, con convertibilidad, era posible concluir un proceso ordenado de reestructuración de deuda. De hecho, el canje de bonos por préstamos garantizados dio al gobierno la mayoría de votos necesaria para imponer las denominadas “clausulas de salida consensuadas” (en inglés: “exit consent clauses”) en la letra de los contratos de los bonos y desalentar así la falta de participación en el canje de la deuda externa.La corrección definitiva del desajuste en los precios relativos y la inflexibilidad cambiaria determinada por el tipo de cambio fijo podría haberse conseguido perseverando en la eliminación de impuestos distorsivos, insistiendo con el patrón Dólar-Euro y yendo progresivamente a la libre flotación una vez que la deuda estuviera reestructurada y el déficit fiscal fuera prácticamente eliminado. Estas circunstancias se habrían dado a principios de 2002 de no haberse producido el Golpe Institucional del 20 de Diciembre de 2001.La destrucción de la convertibilidad mediante la combinación de devaluación, reprogramación generalizada de depósitos, pesificación, default de la deuda interna ya reestructurada y ulterior flotación del Peso, significó la demolición de la base institucional y contractual de la economía y la violación generalizada de los derechos de propiedad. Lejos de facilitar el equilibrio fiscal, lo hizo más difícil de alcanzar por la presión hacia el aumento del gasto público originado en la devaluación y la caída adicional en el nivel de actividad económica derivado de la fuerte reducción de la demanda interna. Si bien los precios de los bienes exportables pudieron subir mucho, los precios relativos quedaron más desequilibrados que antes, aunque en la dirección opuesta a la que se había dado desde 1998. La completa desaparición del crédito y las dificultades para el abastecimiento de insumos importados, no están permitiendo lograr una respuesta positiva en materia de exportaciones. La sustitución de importaciones que se alentó corre el riesgo de ser ineficiente y no sostenible en condiciones normales y, simultáneamente, se ha provocado tal caída de la demanda interna, que el resultado es una profundización de la recesión sin antecedentes en la historia argentina. La discusión política sobre la desocupación y la pobrezaDurante el primer año de la convertibilidad, cuando se produjo un crecimiento del PBI superior al 10 %, las estadísticas registraron una caída de la tasa de desocupación. A su vez, la fuerte reducción de la tasa de inflación permitió una significativa disminución de la pobreza. Esta tendencia comenzó a revertirse en 1993 para la desocupación y en 1995 para los índices de pobreza. A partir de entonces, se observó una sostenida tendencia al aumento, tanto de la desocupación como de la pobreza.La discusión sobre la estrategia que debía seguirse para revertir estos fenómenos continuó a lo largo de la década. Quienes estábamos convencidos de la necesidad de preservar la apertura, la desregulación, las privatizaciones y la protección de los derechos de propiedad como herramientas para asegurar el crecimiento sostenido de la economía, insistimos en que se necesitaban reformas laborales, tributarias y de la administración de las políticas sociales para que el crecimiento de la economía fuera acompañado por la disminución de las tasas de desocupación y de pobreza. En materia laboral insistimos en la introducción de flexibilidad contractual, en materia tributaria propusimos y comenzamos a implementar la eliminación de los impuestos al trabajo y otros impuestos distorsivos y reclamamos una administración menos clientelista y más eficiente de la política social, educación, salud y asistencia alimentaria, por parte de los gobiernos provinciales. Otros dirigentes comenzaron a hablar de “cambio de modelo” porque sostenían que las reformas económicas de la década, a las que caracterizaban como “neoliberales” eran las responsables del aumento de la desocupación y la pobreza. Por consiguiente, sólo se podrían revertir las tendencias negativas observadas en la segunda mitad de la década anulando aquellas reformas. Como para ellos el símbolo de las reformas “neoliberales” era la Ley de Convertibilidad, comenzaron a sugerir su derogación. Los dirigentes más importantes que abrazaron esta posición son Eduardo Duhalde en el Partido Justicialista y Raúl Alfonsin en el Partido Radical. Ninguno de los dos consiguió éxito electoral con ese discurso en el ámbito nacional, pero ambos creyeron que la evolución de los acontecimientos económicos y sociales durante el año 2001 les estaba dando la razón. Por eso, cuando Eduardo Duhalde asumió la Presidencia de la Nación apoyado por Raúl Alfonsin, creyó que las circunstancias lo habían convocado para eliminar la Ley de Convertibilidad y “cambiar el modelo”. Ambos esperaban contribuir de esa forma a disminuir la desocupación y la pobreza. La discusión profesional sobre la deuda pública y el régimen cambiarioMientras en el plano político las posiciones tendían a diferenciarse a causa de las diferencias de diagnóstico y de estrategia para revertir el aumento de la desocupación y la pobreza, los economistas profesionales discutían sobre la sustentabilidad de la deuda pública y del régimen cambiario.Las posiciones más enfrentadas se daban entre los defensores de la dolarización, que en general argumentaban que luego de adoptar ese régimen monetario, la disciplina fiscal bastaría para asegurar el cumplimiento de la deuda y los partidarios de la flotación cambiaria, la mayoría de los cuales estaban a su vez convencidos de la inevitable necesidad de reestructuración compulsiva de la deuda, previa declaración del default. Los primeros argumentaban básicamente que la perseverancia en el sostenimiento de un clima de estabilidad monetaria y cumplimiento estricto del servicio de la deuda recrearía la confianza permitiendo la baja de la tasa de interés y, por consiguiente, la recuperación del crecimiento económico. Los segundos argumentaban que mientras no se corrigieran los precios relativos a favor de los bienes exportables, la economía seguiría estancada y eso llevaría, inexorablemente, a la imposibilidad de seguir pagando normalmente los servicios de la deuda.Si bien compartíamos la mayoría de los argumentos de los partidarios de la de la flotación cambiaria, la mayoría de los cuales estaban a su vez convencidos de la inevitable necesidad de reestructuración compulsiva de la deuda, previa declaración del default. Los primeros argumentaban básicamente que la perseverancia en el sostenimiento de un clima de estabilidad monetaria y cumplimiento estricto del servicio de la deuda recrearía la confianza permitiendo la baja de la tasa de interés y, por consiguiente, la recuperación del crecimiento económico. Los segundos argumentaban que mientras no se corrigieran los precios relativos a favor de los bienes exportables, la economía seguiría estancada y eso llevaría, inexorablemente, a la imposibilidad de seguir pagando normalmente los servicios de la deuda. Si bien compartíamos la mayoría de los argumentos de los partidarios de la libre flotación, y así lo había manifestado al lanzar el Plan de Competitividad, en marzo de 2001, estábamos tan convencidos como los partidarios de la dolarización, que una afectación gravosa de los derechos de propiedad de quienes habían ahorrado y confiado en el país haría imposible la recuperación del crecimiento, por más rápido y contundente que fuera el reajuste de los precios relativos a favor de los bienes exportables. Por eso buscamos un camino intermedio, consistente en utilizar todas las herramientas no monetarias posibles para corregir el desajuste de precios relativos, aún a costa de demorarlo, pero preservando el régimen monetario, es decir la convertibilidad. En materia de régimen cambiario la idea era avanzar hacia un régimen más flexible, pero solo después de haber reasegurado el equilibrio fiscal con la reducción de intereses de la deuda que se conseguiría a través de una reestructuración ordenada de la deuda.Lamentablemente, la idea de mantener la libre elección de la moneda y no imponer desde el gobierno alteración alguna a los contratos, ni para dolarizar ni para pesificar, no tuvo suficiente apoyo profesional, posiblemente porque tanto dolarizadores como pesificadores razonaron más sobre el régimen cambiario (es decir sobre la discusión tipo de cambio fijo versus tipo de cambio flotante) antes que sobre el régimen monetario y de protección a los derechos de propiedad en contratos a mediano y largo plazo. La Ley de Convertibilidad había creado el sistema monetario deseado por la gente, pero era compatible con los dos regímenes cambiarios extremos y cualquier variante intermedia, siempre que se dieran las condiciones fiscales necesarias.Una desafortunada coincidencia táctica Desde el 1 de noviembre de 2001, día en que anunciamos la reestructuración de la deuda pública en dos etapas, comenzó a gestarse una desafortunada coincidencia táctica entre los dirigentes políticos que querían “cambiar el modelo” y los economistas y empresarios que pregonaban la devaluación. Esta virtual “alianza táctica” fue abonada por importantes medios de comunicación que creyeron que “el cambio de modelo” a partir de la devaluación, brindaría el marco para encontrar una solución al problema de su excesivo endeudamiento. Esta alianza táctica fue capaz de movilizar detrás de si a todos los deudores, fueran éstos públicos o privados. Al fin y al cabo, las acciones iban a concluir en una suerte de default simultáneo y generalizado que terminaría provocando una fuerte quita en el valor real de las deudas.Lo que los dirigentes, economistas y empresarios que integraron esta alianza táctica no tuvieron en cuenta, es que los acreedores no eran sólo “inversores financieros del exterior” sino millones de ahorristas que habían confiado en el sistema financiero argentino y millones de trabajadores que aportan mensualmente para tener un ingreso en la vejez. La gravísima afectación de sus derechos de propiedad que resultaría de la reprogramación forzosa y generalizada de depósitos, la pesificación de los contratos en dólares y la devaluación seguida de flotación del Peso haría prácticamente desaparecer la inversión y la compra de bienes de consumo durables, además de crear un clima de inseguridad jurídica dentro del cual se torna ilusorio pensar en canalización de ahorros hacia la inversión. El aumento de la desocupación y la PobrezaLas medidas adoptadas por el Gobierno de Duhalde apoyado por Alfonsin[11] desde enero de 2002 han acentuado la recesión de manera extrema y, peor aún, han creado un clima de gran escepticismo sobre la posibilidad de que la economía recupere el crecimiento. Esto provocó un importante aumento de la desocupación y la pobreza. ¿Era esto previsible?Por supuesto que sí, y de ahí que a lo largo de todo el año 2001, quienes teníamos la responsabilidad de gobernar luchamos para evitar el default y la devaluación.[12] Pero, ¿había realmente alguna alternativa mejor a la que finalmente se aplicó?, ¿No era inexorable que la Argentina cayera en cesación de pagos y crisis cambiaria?, Es más, ¿No se habían producido ambas, el 1 de Diciembre, cuando se introdujo el “corralito” financiero?La alternativa era perseverar en la eliminación del déficit fiscal de la Nación y de las Provincias, extendiendo a éstas los recortes salariales ya implementados por el Gobierno Nacional desde julio de 2001 y reforzar esta política con una fuerte reducción del gasto de intereses de la deuda pública y postergación de vencimientos de capital a obtener mediante un proceso ordenado de reestructuración de deuda como el que había comenzado el 1 de noviembre. Sin duda, la alternativa implicaba una cierta compulsión en la reprogramación y atenuación de los pagos financieros y una mayor flexibilidad posterior en la determinación del cambio de pesos a dólares, pero ambos procesos debían ser ordenados y afectar lo menos posible a los derechos de propiedad de los ahorristas, inversores y trabajadores.Para frenar la salida vertiginosa de los depósitos del sistema bancario, el 1 de diciembre se introdujo lo que popularmente se llamó “corralito” que no era otra cosa que un control transitorio de los cambios, como el que tantas veces se había dado en distintos países entre 1870 y 1930, la época del patrón oro, a través de la entonces denominada “suspensión de la convertibilidad”. Pero el “corralito” de Diciembre sólo limitaba las transferencias financieras al exterior y el retiro de dinero en efectivo de los bancos. Los depositantes mantenían tanto el valor como la disponibilidad de sus ahorros para pagos internos, los que podían hacerse con tarjetas de débito, cheques o transferencias entre cuentas bancarias. Simultáneamente, se promovía la bancarización de los pagos, algo que era necesario para mejorar la administración tributaria. Pero el “corralito”, lejos de significar la cesación de pagos y el abandono de la convertibilidad en el sentido de libre elección de la moneda, fue establecido para preservar el valor y la disponibilidad de los ahorros durante el proceso de reestructuración de la deuda publica y de reajuste fiscal de la Nación y las provincias, que era naturalmente complejo.¿Por qué el Gobierno de Duhalde apoyado por Alfonsin siguió entonces un camino tan equivocado? Nuestra respuesta es que la discusión profesional de los economistas y la prédica de los medios fuertemente endeudados los confundió, a tal punto que creyeron sinceramente que lo que estaban implementando era un “cambio de modelo” que reactivaría la economía, generaría crecimiento y disminuiría la desocupación y la pobreza. En este trabajo quiero enfatizar el aporte de los economistas profesionales a la confusión de los dirigentes políticos. “Prices right” versus “Property rights”Quienes enfatizaban los efectos recesivos y deflacionarios del desajuste en los precios relativos de los bienes exportables y los bienes domésticos propusieron el reemplazo del régimen de tipo de cambio fijo por la flotación del Peso. Pensaban que dejando que los precios relativos se realinearan ( “set the prices right”) la economía dejaría de requerir deflación y podría reactivarse a través del aumento de la producción de bienes exportables y sustitutos de importaciones[13].Lo que no tuvieron en cuenta es que; en la medida que el reajuste de precios relativos implicara el abandono definitivo de la convertibilidad, es decir, de la libre elección de la moneda por la gente, se produciría tal destrucción de los derechos de propiedad (“property rights”). Simultáneamente, se harían imposibles los contratos de mediano y largo plazo, con lo que en la práctica desaparecerían, tanto el ahorro en el país, como la inversión empresaria y familiar. Al mismo tiempo, los que proponían la defensa irrestricta de los derechos de propiedad de ahorristas e inversores financieros, criticaban cualquier intervención gubernamental destinada a corregir la precios relativos sin abandonar la convertibilidad.[14] Como todas eran críticas, es entendible que dirigentes políticos como Duhalde y Alfonsin, que siempre habían propuesto el “cambio de modelo”, hayan creído que había llegado el momento de hacerlo.El futuro El abandono de la convertibilidad, en el sentido de la libre elección de la moneda y el respeto de la moneda original de los contratos, va a impedir que exista la inversión y el aumento de productividad imprescindibles para cualquier proceso de crecimiento sostenible. La reactivación de la economía por aliento a las exportaciones y la sustitución de importaciones se darán en la medida que no requiriera nuevas inversiones importantes, dado que éstas serán muy difíciles de financiar. Además, pasará mucho tiempo antes que el aumento de la producción de bienes exportables y sustitutos de importaciones compense la enorme caída del mercado interno originada en el deterioro de los ingresos reales de la población provocado por la fuerte devaluación del peso.Este pronóstico desalentador puede cambiar en la medida que se avance en los siguientes frentes: 1.Reestablecimiento del Estado de Derecho en materia económica mediante la declaración de nulidad de la reprogramación forzosa de depósitos y la pesificación de los contratos. El efecto de estas decisiones sobre la inflación dependerá de la reacción del Poder Ejecutivo a esas decisiones judiciales. 2.Elección de un gobierno capaz de ofrecer un nuevo liderazgo que la gente vea como protector de los derechos de propiedad y comprometido en la recreación de las condiciones para que vuelva a haber inversión y aumento de la productividad como durante buena parte de la década del ‘90. 3.Claro compromiso de transformación de las políticas sociales para erradicar la corrupción, el clientelismo y la ineficiencia y conseguir que la inversión en capital humano no sólo aumente sino se distribuya en beneficio de las familias más pobres. Se trata, sin dudas, de un desafió monumental para el pueblo y la dirigencia argentina. Si el Gobierno aprovecha la oportunidad que le brindan las decisiones judiciales adversas a las normas que afectaron los derechos de propiedad para comenzar a recrear la confianza de los ahorristas y los compromete a no retirar sus ahorros del sistema financiero argentino, cosa que es perfectamente posible manteniendo los depositantes la disponibilidad de sus fondos para pagos internos a través de transferencias entre cuentas bancarias, empezará a verse la salida. En ese caso, se produciría una apreciación gradual del Peso conducente al equilibrio de los precios relativos a un nivel compatible con la recuperación simultánea de exportaciones y demanda interna.Si, por el contrario, el Gobierno resiste la declaración judicial de inconstitucionalidad o no logra el apoyo de los ahorristas para mantener los fondos dentro del sistema bancario, el Banco Central se verá obligado a emitir pesos, o aparecerán todo tipo de bonos nacionales, provinciales o privados, no confiables para la gente, que alimentarán un proceso descontrolado de inflación. Eventualmente, los precios relativos volverán a equilibrarse, pero luego de un proceso inflacionario que puede ser largo, impredecible y muy costoso.Los economistas profesionales podrán ayudar a encontrar el camino correcto en la medida que no sigan planteando la búsqueda del equilibrio de los precios relativos a costa de la destrucción de los derechos de propiedad de ahorristas, inversores y trabajadores. En la búsqueda de reglas de juego e instituciones capaces de conciliar el reequilibrio de los precios relativos con el respeto de los derechos de propiedad, radica el aporte que pueden hacer los economistas a la recuperación institucional y moral de la Argentina.Sólo en ese contexto podrá decirse que la recuperación económica argentina ha comenzado. Obviamente no compartimos ni el pesimismo lapidario de Hans Tietmeyer[15] ni el optimismo alegre de Joseph Stiglitz.[16] [1] Ver Die Welt, Alemania, 9-16-2002.[2] Ver El País, España, 9-20-2002[3] En perspectiva histórica la década del 90 en Argentina comenzó el 1 de abril de 1991 y finalizó el 20 de diciembre de 2001.[4] La popularidad de la norma quedó demostrada en todas las elecciones desde su sanción, incluida la última que tuvo lugar en octubre de 2001. Los candidatos a senador por la Ciudad de Buenos Aires fueron preguntados en un debate y todos ellos contestaron que debía mantenerse la ley de convertibilidad.[5] Hernando de Soto, estudioso peruano de la organización espontánea de los “pueblos jóvenes” de Perú, llegó a la conclusión que la legalidad formal de los países subdesarrollados no permite a las familias que operan en la economía informal hacer valer sus contratos y proteger sus derechos de propiedad. Y recomendó crear una nueva legalidad, copiando las normas espontáneamente creadas por la gente en esos pueblos jóvenes”. De esa forma, estas poblaciones marginadas podrían comenzar a acceder al crédito y eso permitiría incorporarlos a la economía capaz de acumular y crecer. En el caso de Argentina, la mejor forma de incorporar a la economía formal a millones de ahorristas e inversores que hasta ese momento habían sido expulsados al exterior u obligados a operar en la informalidad, fue legalizar el uso de las monedas extranjeras y, en particular, el dólar, dado que la expulsión y la informalidad habían tenido su principal origen en el persistente flagelo inflacionario y, últimamente, en el caos hiperinflacionario. Ver: De Soto, Hernando (2000) “The Mistery of Capital”. Basic Books. New York, USA.[6] Ver:Lessons from the stabilization process in Argentina (1990-1996). En colaboración con Sonia Cavallo. Symposium on Achieving Price Stability - Jackson Hole, Wyoming. Federal Reserve Bank of Kansas City, 1996; La Qualité de la Monnaie (La Calidad del Dinero). Public. Économie Internationale, N° 80 – 4° trim. 1999 – Paris 1999. Discurso pronunciado en ocasión de la Ceremonia de Entrega del Doctorado HonorisCausa de la Universidad de Paris 1 – Panthéon Sorbonne- France; Pasión por Crear (Cavallo, Domingo Felipe y De Pablo, Juan Carlos (2001) Editorial Planeta. Buenos Aires, Argentina)[7] Basado en la ecuación de Solow con la forma funcional: ¶Y/Y = a(¶K/K) + (1-a)(¶L/L) + (¶B/B). Nótese que Y es el PBI real; K es el stock de capital; L es el stock de la fuerza laboral y B es la productividad total de los factores. Se asume a=1/3. La metodología utilizada sigue la desarrollada por Jones, Charles I. (1998) “Intorduction to Economic Growth”. W.W.Norton & Company, Ins. New York. USA.[8] Ponderado por la razón del factor capital en el producto igual a 1/3 (i.e. a=1/3)[9] Ponderado por la razón del factor trabajo en el producto igual a 2/3 (i.e. 1-a=2/3)[10] Calculado como el Residuo de la ecuación estándar de Solow.[11] Para una descripción del origen de este gobierno ver: Cavallo, Domingo Felipe (2002) “El Golpe Insitucional”. No Publicado. Disponible on-line: http://www.cavallo.com.ar/papers/golpe.html.[12] Para una descripción de esta experiencia ver: Cavallo, Domingo Felipe (2002) “La Lucha por Evitar el Default y la Devaluación”. No Publicado. Disponible on-line: http://www.cavallo.com.ar/papers/lalucha.html.[13] Joseph Stiglitz acaba de decir en un artículo que era obvio que ello iba a ocurrir, y que ya esta ocurriendo! Ver: Stiglitz, Joseph (2002) “La Recuperación Argentina. Diario El Pais de España. Edición Impresa del 20 de Septiembre de 2002.[14] Ver las múltiples críticas de quienes pregonaban la “dolarización” a los planes de convertibilidad, a la introducción del euro y a los sucesivos intentos de reprogramación de deudas. Archivos Diarios Clarín y La nación (entre otros).[15] Ver notas publicadas en los diarios Clarín y La Nación de Argentina (entre otros) el 17 y 18 de Septiembre de 2002.[16] Ver: Stiglitz, Joseph (2002) “La Recuperación Argentina. Diario El País de España. Edición Impresa del 20 de Septiembre de 2002.

lunes, 12 de agosto de 2002

Revertir la pesificación es la salida para Cavallo

Seminario en HarvardEl ex ministro criticó la gestión de Duhalde"Debo decir que hoy en día mi país está sufriendo mucho más que una crisis monetaria, está sufriendo una verdadera tragedia porque la gente siente que la ley no impera en el país y el primer paso a una solución debe ser necesariamente restaurar el Estado de Derecho, tanto en la vida política como en la económica."Así comenzó Domingo Cavallo el discurso que brindó semanas atrás en un seminario organizado por el National Bureau of Economic Research en Harvard. Allí, el ex titular de la cartera de Hacienda criticó la pesificación y señaló al presidente Eduardo Duhalde como el causante del "caos que vive la Argentina".En su presentación, el líder de Acción por la República consideró que "cualquier solución a la crisis tiene que comenzar por revertir completamente la pesificación" porque es la única manera de mantener ahorros en la Argentina.En ese sentido, señaló que se requiere de muchas acciones para recuperar la economía del país, pero terminar con la pesificación "es un componente necesario para que cualquier programa político y económico pueda ser exitoso en el futuro".Para reforzar su teoría, Cavallo sostuvo que obligar "a los argentinos a ahorrar en pesos sería tan difícil como pretender que hablen chino" porque se acostumbraron al uso de dólar "durante décadas de inflación e hiperinflación". Y agregó que con la desaparición del anclaje "los argentinos probablemente usen una baja proporción del peso flotante, y puedan tolerarlo, pero lo que es seguro es que no van a aceptar una prohibición del uso de los dólares".De la crisis al caos El líder de Acción por la República hizo hincapié en lo que consideró "un quiebre del Estado de Derecho que comenzó con el golpe institucional llevado a cabo entre el 19 y el 20 de diciembre de 2001". Para Cavallo, el "golpe" fue lo que abrió las puertas a un "gobierno parlamentario" liderado por Eduardo Duhalde que transformó la crisis argentina en un caos total.En ese sentido, enumeró las tres causas del caos: el anuncio formal de la cesación de pagos de la deuda externa, el congelamiento de los certificados de depósitos bancarios y la pesificación que convirtió en pesos a los contratos en dólares.De acuerdo con el ex titular de la cartera de Hacienda, el congelamiento de los depósitos agravó el nerviosismo de los ahorristas y "no sólo no evitó la compra de dólares sino que además provocó el colapso de la mayoría de los activos del mercado incluyendo el inmobiliario y el automotriz".El economista respaldó las medidas que implementó en la gestión De la Rúa y cerró su discurso diciendo que la pesificación es "el símbolo de la violación al derecho de propiedad privada en la Argentina".

domingo, 11 de agosto de 2002

Degrabación del programa Hora Clave

Mariano Grondona: (...) poco tiempo después conoció por 65 días la cárcel, después se fue del país y ahora vuelve. ¿Todos estos avatares, estos cambios tan bruscos de fortuna, de destino, en qué lo han afectado, en qué convierten a usted en una persona diferente de...qué ha sentido con todas estas idas y bajas de la vida?.

Domingo Cavallo: Bueno, que ahora tengo muchas más experiencia que un año atrás, y conozco mejor lo difícil que es manejar una situación crítica. No tanto lo difícil que es manejarla desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista político. La raíz de la crisis argentina no es económica, sino que es fundamentalmente política e institucional. Y creo que, ahora en lo personal obviamente estoy mucho mejor que hace un año porque entonces tenía un desafío tremendo por delante. Ahora, no tengo ese tipo de responsabilidades y puedo pensar, ir a conferencias.

MG: Por lo pronto está mucho más flaco.

DC: Sí bueno, también pude en los últimos seis, siete meses revertir los 14 o más kilos que había aumentado en el último semestre del año pasado. Así que, desde ese punto de vista también estoy mejor.

MG: ¿Está más tranquilo, ve las cosas con más serenidad, ha reflexionado sobre todo lo que pasó?.

DC: Sí, estoy muy tranquilo. Pero, estoy muy angustiado, no por mí, yo estoy bien, mi familia sufrió mucho pero ahora está muy bien. Pero, estoy angustiado por la Argentina. Creo que la crisis que estamos viviendo es terrible. Las consecuencias sociales de esta crisis son evidente. Creo que los argentinos vivimos en un clima de inseguridad física y jurídica que era inimaginable, que es realmente angustiante para todos. Y por supuesto trato de hacer los máximos esfuerzos para pensar sobre no tanto en las causas de esta crisis que es importante determinarlas, sino cómo podemos superar.

MG: ¿Su idea es quedarse aquí ahora o piensa ir y venir?.

DC: Voy a estar yendo y viniendo a los Estados Unidos?.

Ari Paluch: Usted recién Doctor Cavallo decía que está mejor que hace un año, porque hace un año tenía un desafío que hoy no tiene. Pero, conociéndolo me da la sensación que le gustan los desafíos, que le gusta el protagonismo y de alguna manera el poder. ¿No tiene nostalgia?.

DC: Mire, es importante enfrentar desafíos. Pero, el año pasado yo los enfrenté sin respaldo político. Porque, si bien el Presidente De la Rúa tenía la mejor intención y me llamó para que conformáramos un gobierno de unidad nacional. Obviamente, la actitud del radicalismo con Alfonsín a la cabeza y con importantes integrantes del partido radical estuvieron permanentemente boicoteando al gobierno de su Presidente De la Rúa. Y el boicot lo hicieron poniendo obstáculos a las políticas que nos aprobaban en el Congreso, porque nos votaron la Ley de Déficit 0. Antes, nos habían votado los así llamados Superpoderes. Pero, luego nos boicoteaban con las declaraciones, con las actitudes. Y bueno, finalmente son ellos los que provocaron el cambio de gobierno.

Yo creo que la responsabilidad por mi renuncia y luego la renuncia de De la Rúa es del partido radical. Ellos, son los que decidieron llevarlo a Duhalde al gobierno. Entonces, realmente como lo ha dicho Mussa en un programa de televisión hace pocos días y lo dice en el libro este que está publicitando, yo me hice cargo de una responsabilidad para la que no tenía apoyo político y el Director Gerente del Fondo Kholer me venía pidiendo demostraciones de unidad política detrás de la política que estábamos implementando. Yo le decía nos votan las leyes en el Congreso, pero luego venían las declaraciones públicas algunas en el país y muchas en el exterior.

Por ejemplo recuerdo una declaración de Alfonsín en Brasil que fue terrible para la viabilidad de lo que estábamos implementando...

Fernando Carnota: Ahora, Doctor Cavallo cuando llegó como el salvador, incluso la gente lo veía así ¿no?, cuando llegó...

DC: Bueno la gente me pedía. Yo quiero destacar que a mí políticamente no me convenía entrar en el gobierno de la Alianza. Yo esperaba en todo caso hacerlo después de ser elegido Senador por la Capital en la elección de octubre porque era claro que yo me presentaba para Senador. Pero, yo dije más que la conveniencia personal uno tiene que ver si el país lo necesita o no. Y en ese momento, la gente me paraba en la calle y me pedía que me hiciera cargo de la cartera de economía. O sea, que la gente quería que yo entrara, De la Rúa quería que yo entrara. Parte del peronismo, Ruckauf mismo le había propuesto a De la Rúa que me llamara a mí para ser Jefe de Gabinete.

AP: Hasta Chacho Alvarez quería que usted regresara.

DC: Así es. Y yo recibí primero el ofrecimiento para ser Jefe de Gabinete y me puse a trabajar en un fin de semana en un gobierno de unidad nacional con López Murphy en el Ministro de Economía, y lamentablemente los radicales boicotearon todo eso.

Yo cometí el error de aceptar ser Ministro de Economía en lugar de aferrarme a la Jefatura de Gabinete y también cometí el error de no insistir en algo que yo había puesto como condición que Chacho Alvarez volviera como Jefe de Gabinete a...pero eso es historia yo no sé si vale la pena...

FC: Claro, entró como salvador y se fue como culpable. Usted dice por la calle la gente me pedía que entrara al gobierno. Y ahora, la gente por la calle le dice un poco hostil ¿no?, lo escrachan en distintos lugares y demás.

DC: La verdad que sí...Por supuesto los que me pusieron palos en la rueda, los que provocaron la caída de De la Rúa, que provocaron el golpe institucional luego desarrollaron toda una estrategia mediática que precedió y sucedió al golpe institucional tratando de decir que la culpa de todo de este desastre que se planteó desde enero en adelante es del gobierno anterior. Es clara la estrategia mediática.

Diego Valenzuela: ¿Cuál es desde lo personal hoy su relación con De la Rúa? ¿Qué reflexión tiene hoy de aquello y de su relación?. Porque usted me parece que lo exculpa demasiado a De la Rúa. Le echa la culpa al partido y no a De la Rúa.

DC: De la Rúa es un hombre de bien, es un hombre que quería y quiere el bien de los argentinos. A mí me respaldó plenamente. Asumió con toda responsabilidad la función de gobierno. Es un verdadero demócrata. Pero, tiene la mala suerte de haber sido un presidente conservador y por eso ganó la elección, pero respaldado por una centro izquierda absolutamente anacrónica reflejada en el partido radical, básicamente en Alfonsín, Leopoldo Moreau y Maestro, los dirigentes del partido radical que finalmente predominaron.

Ahora, cuando dicen de De la Rúa que no cumplió con su plataforma no es cierto, porque yo me acuerdo competía con él que él decía conmigo un peso un dólar. Él nunca habló de suspender los pagos de la deuda. En realidad, De la Rúa había prometido lo que hizo. Debo decir que también Duhalde había prometido lo que está haciendo. Pero, porque prometía lo que hoy está haciendo la gente no lo votó y perdió la elección frente a De la Rúa.

Periodista: Doctor Cavallo por qué no nos cuenta un poco como vivió esos días que estuvo en la cárcel.

DC: Yo los viví bien porque:.. en realidad yo me adapto a las circunstancias. Los primeros días mientras estuve en retiro y me habían organizado escraches, donde debía de haber plata detrás de los escraches, obviamente no estaba bien. Pero, cuando fui a Campo de Mayo ahí la Gendarmería tiene hombres realmete muy correctos y me pude desenvolver bien. Pero, mi familia sufrió mucho. O sea, yo me propuse bajar de peso y hacer gimnasia. Y como contaba Mariano, el kinesiólogo de la Gendarmería me dirigió en un plan que me hizo estar mucho más en línea que antes ¿no?. En circunstancias como estas la que sufre es la familia y eso es lo que más me angustia a mí.

MG: Quizás Doctor Cavallo lo peor de eso fue el momento de la detención. Vamos a recordarlo en un segundo.

Voz en off: El pasado 3 de abril Domingo Cavallo fue detenido por la causa que lo involucraba en el contrabando de armas a Croacia y a Ecuador. Una semana después el ex ministro fue procesado por el juez actuante Julio Speroni, quién le dictó la prisión preventiva y un embargo por 900 mil pesos. Desde su prisión de Campo de Mayo denunció ser víctima de una persecución política y sus allegados y familiares encabezaron una cruzada en su defensa.Sonia Cavallo (grabado): Y esa justicia que lo puso preso es funcional al gobierno de turno. Mi marido es un preso político.

Voz en off: El propio Cavallo acusó a Carlos Soria quién era entonces Jefe de la Side de presionar a miembros de la Justicia para obtener detenciones resonantes que aplaquen el malhumor social. Soria desmintió toda maniobra.

Carlos Soria (grabado): Como puede pensar usted que yo siendo abogado, presidente de la Comisión de Asuntos Institucionales me enfrente con un grupo de jueces federales, dos camaristas, un secretario de la Corte Suprema y puedo decirle que metan preso a fulano o a mengano bajo apercibimiento de que si no los van a poner en Comisión. Esto es verdaderamente es increíble.

Voz en off: Tras 65 días de prisión que le dictó la falta de mérito y fue librado

MG:¿fue realmente un preso político?.

DC: Bueno, yo en la imagen me doy cuenta de que ahora estoy mucho mejor que entonces.

P: ¿Se ve mejor? ¿Fue un preso bueno usted o no?.

DC: Bueno, no le quepa duda. Pero, lo que me pasó a mí también habla bien de la Justicia. Porque, la detención absurda que me impuso el juez Speroni fue revocada con muy buenos fundamentos y con una resolución ejemplar por la Cámara en lo Penal Económico. Lo que quiero decir es que afortunadamente hay instancias de la justicia que revisan las malas decisiones de los jueces. Tenemos en una primera instancia jueces que buscan el impacto mediático y que provocan daños con arbitrariedad a algunas personas. Pero, en algunas instancias la justicia se impone.

FC: Ahora, por qué usted en ese... digamos en aquél momento cuando usted estaba preso pasaba un fenómeno muy extraño. Mucha gente sospechaba y creía que era política la detención y mucha gente estaba de acuerdo con que estuviera preso aunque creía que era política la detención ¿no?. Decían, estoy contento de que Cavallo esté preso.

DC: Bueno, no hay un sentido de la justicia demasiado arraigado en nuestra Nación y en nuestra gente, porque la verdad es que nunca funcionó bien la división de poderes. Pero, yo creo que la inseguridad física y jurídica que hoy sentimos todos los argentinos nos va a hacer pensar más en el futuro sobre la importancia de que haya justicia en el país, y que la justicia no dependa ni de la presión mediática, ni de la presión política, ni de la presión...

FC: ¿No será porque la gente por el corralito entonces pone todos los males ahí?.

DC: Mire, la gente obviamente me identifica con la crisis, porque fui el Ministro de Economía del gobierno de De la Rúa. Pero, en realidad a medida que la gente vaya pasando el tiempo se va a dar cuenta que los problemas que por ejemplo han tenido los ahorristas no fue debido al corralito, fue debido al corralón que es algo que el corralito trató de evitar. La gente estaba retirando el depósito de los bancos, no retiraba el dinero que necesitaba para transacciones, sino que retiraba todo el depósito...

P: Por miedo.

DC: Claro, cómo no va a tener miedo si desde el mes de agosto del año pasado tenían muchos comunicadores y muchos dirigentes políticos, yo diría la mayoría de dirigentes políticos, excepto De la Rúa, Patricia Bullrich y yo y los que estábamos en el gobierno, y por supuesto gente como López Murphy, gente muy responsable que daba buenos consejos.

Pero, los demás decían que hay que suspender los pagos de la deuda, la deuda externa e interna. Obviamente, al mismo tiempo decían no hay que pagar la deuda. Entonces, los bancos no iban a poder devolver los depósitos. Y a su vez se lanzaron rumores sobre bancos importantes. Se hablaba de que todos los bancos eran lavadores de dinero y que todos los banqueros estaban robando. Se decía que los bancos iban a caer.

Obviamente, cuando una cantidad grande de personalidades políticas, cuando muchos medios y mucha gente empieza a decir que los bancos van a caer, y para colmo se hace el argumento que hay que suspender los pagos de la deuda con lo cual obviamente el activo de los bancos desaparecen y si desaparece el activo no van a poder ser frente al pasivo. Entonces, la gente se asustó y empezó a retirar el dinero.

Por eso, nosotros el 1ro. de Noviembre decidimos algo que era la clave de la solución, la reestructuración de la deuda en dos etapas. Una, la deuda interna, porque a los tenedores internos: bancos, fondos de pensión y a la gente que aceptaba la ley argentina teníamos que pagarle un interés un poco mayor y que esto terminó el 15 de diciembre, reestructuramos 55 mil millones de dólares de deuda interna.

Quedaban 45 mil millones de deuda externa para lo cual necesitamos el apoyo del Fondo, que el Fondo lo estaba por dar porque había asignado 3 mil millones de dólares además de los 5 mil que nos había desembolsado en agosto... Nosotros estábamos a punto de resolver el problema de la deuda. Resuelto el problema de la deuda era fácil consolidar la situación de los bancos y de poder responder a la demanda de los ahorristas.

FC: Si hizo todo tan bien y no se equivocó en nada tendríamos que estar fenómenos. ¿En qué se equivocó usted entonces?.

DC: Yo me equivoqué al entrar en un gobierno cuyo partido principal el partido radical quería que De la Rúa hiciera lo que había pregonado Duhalde y lo que han hecho ahora.

FC: Usted hizo cosas dentro de ese gobierno.

DC: Por supuesto.

FC: ¿Y no se equivocó en ninguna de las cosas que hizo?.

DC: Sí mire, equivocaciones uno comete muchísimas. Pero, lo que le quiero decir que mi principal equivocación fue haberme hecho cargo de...

FC: Pero una vez que aceptó ya estaba adentro. Y después gobernó...

DC: Nosotros luchamos junto con De la Rúa durante 9 meses para evitar el default y la devaluación, porque éramos conscientes que el default y la devaluación iban a provocar esta situación terrible en la que estamos. Tal es así que para entrar en default y devaluar tuvieron que sacarnos del gobierno.

DV: ¿Usted no es responsable de la devaluación?.

DC: No, del default y de la devaluación no, al contrario nosotros...

DV: ¿Usted no tiene nada que ver con eso?.

DC: No, usted cree. A ver, déjeme que yo le haga la pregunta a usted. ¿Usted cree que no estuvo la declaración de la cesación de pagos y la devaluación detrás de la caída de De la Rúa y mía?. Es decir, ¿no me sacaron a mí del ministerio para poder declarar el default y devaluar?. Usted si vio... ¿control de cambios?.

AP: Atención que ya no había más un dólar un peso en la Argentina y usted seguía siendo Ministro de Economía.

DC: Dentro del sistema bancario había un dólarpor cada peso. No, perdóneme la convertibilidad es libre elección de la moneda. La convertibilidad es que si usted hace un contrato en dólares se cumple en dólares. Si usted hace un contrato en pesos se cumple en pesos. Eso es lo que la gente apreciaba de la convertibilidad. Y la convertibilidad no la inventó ni Menem ni la inventó yo, la convertibilidad la decidieron los argentinos cuando el plena hiperinflación usaban mucho más al dólar que al peso. Entonces, la magia de la convertibilidad fue respetar a la gente. La gente quería poder manejarse en dólares, depositar en dólares, tomar préstamos en dólares, y también quería utilizar pesos para las transacciones cotidianas, respetamos esa voluntad de la gente y así nació la convertibilidad que fue muy apoyada, tan apoyada que en octubre en plena campaña electoral para el Senado, les preguntaron a los 4 principales candidatos a Senador por la Capital, -¿Usted abandonaría la convertibilidad?.  No, de ninguna manera. Porque, sabían que hablar de la abandonar la convertibilidad era...iba en contra de los intereses de la gente ¿no?.

AP: Pero, dicen que no había más un dólar un peso Cavallo. Pero hable con Casa Piano, con Casa Puente...En Uruguay estaba a más de dos pesos el dólar. Ya en diciembre se terminó...

DC: Después del 20 de diciembre...

AP: No, no, 5 ó 10 de diciembre...

DC: Usted sabe que el 1ro. de diciembre cuando empezó el corralito los bancos estaban obligados a transformar las cuentas en pesos a cuentas en dólares sin poder cobrar ninguna comisión. O sea, que usted llamaba al banco y...lo que pasa que esa convertibilidad que era la verdadera convertibilidad dentro del sistema bancario se tuvo que interrumpir en lo que hace a los billetes físicos porque tanto se le había dicho a la gente que se iban a caer todos los bancos que retiraran los depósitos de los bancos, que todo el mundo quiso sacar todos los pesos y todos los dólares de los bancos. Obviamente, pesos se podían emitir si se abandonaba la convertibilidad que eran lo que podían haber hecho después que abandonaron la convertibilidad. Pero, la gente no quería pesos la gente quería dólares. Y obviamente, ningún sistema financiero del mundo puede devolver todos los dólares.

AP: Pero iba a ser un asiento contable convertían un peso en un dólar y el dólar no estaba.

DC: ¿Cómo que no existían, los activos de los bancos no estaban dolarizados?.

AP: Sí, pero bueno, está bien...

DC: A usted lo han engañado y le voy a explicar por qué.

FC: Las cuentas corrientes se pasaron todas a dólares. Y después quién devuelve?.

DC: Por supuesto, lo tienen que devolver los bancos con los activos que tenían también en dólares.

FC: La gente que estaba pidiendo ahí el dólar.

DC: No, no, bueno. La gente estaba pidiendo ahí el dólar porque le decían que se iban a caer todos los bancos. El problema, le voy a explicar cuál es. El problema es que los deudores empezando por las provincias, el gobierno nacional, no a través de De la Rúa y Cavallo, sino a través de los principales dirigentes políticos decidieron no pagar. Y los deudores del sector privado también dijeron no queremos pagar. Y además inventaron lo de la pesificación. Obviamente, que si para sacarle la deuda a los deudores pesifica todas las deudas destruyen los ahorros de la gente, destruyen la riqueza popular. Eso es lo que pasó. Pero, para poder pesificar y poder hacer las barbaridades que hicieron me tenían que sacar a mí del Ministerio de Economía. ¿Sino cuál es la lógica?. Que el día en que teníamos que tratar el presupuesto para iniciar...para terminar la reestructuración de la deuda externa que iba a comenzar el 15 de enero e iba a terminar el 15 de febrero. Cuando estábamos en plena negociación con el Fondo que nos estaba apoyando, nos estaba apoyando y nos estaba apoyando mucho.

FC: ¿El Fondo lo seguía apoyando?.

DC: Por supuesto, si estábamos haciendo la reestructuración de la deuda externa con apoyo del Fondo.

P: Sin embargo Doctor la plata no venía...

DC:...¿Cómo que no venía?. Yo me había reunido el 5 y 6 de diciembre con Anne Krueguer y con Kholer, además estaba en contacto telefónico con O´Neill y con Taylor prácticamente en forma cotidiana y nos estaban dando mucho apoyo. Lo que pasa es que aquí, aquí en Argentina inventaron que en realidad el Fondo queríamos que devaluáramos, que el Fondo quería que abandonáramos la convertibilidad, que el Fondo quería que pesificáramos, todos disparates. Nunca habíamos hablado...

AP: Toda la vida el Fondo dijo cotización flotante, dólar libre.

DC: No, pero ¡ojo!, el Fondo tiene economistas serios. Los que opinaban que había que flotar no proponian abandonar la convertibilidad porque la convertibilidad no es tipo de cambio fijo, la convertibilidad es dólares son dólares, y pesos son pesos. Y si usted en un determinado momento dice libre flotación se cotiza en pesos pero no se cambian los contratos en dólares. El Fondo que tiene buenos economistas, como toda la gente seria con la que hablamos en esa época discutía si dejar flotar y cómo dejar flotar después de terminar la reestructuración de la deuda y cuando tuviéramos déficit cero. Porque, si usted deja flotar sin tener déficit cero y sin haber reestructurado la deuda, con un montón de vencimientos a corto plazo en dólares, obviamente que el precio del dólar se le va a las nubes. Nunca lo quiso ni el gobierno de los Estados Unidos ni ningún economista serio.

MG: Vamos a pasar a otro capítulo, pero...

FC: Pero, un país que está en fiesta.

DC: ¿Cómo que está en fiesta?.

FC: Claro, le prestaban a un país que permanentemente le presentaba proyectos que no eran serios. ¿Son serios los economistas que le prestan un país así?.

DC: Escúcheme, durante el año 2000 y el año 2001 Argentina estuvo bajando el gasto público a punto de que hasta bajamos sueldos y jubilaciones, imagínese cosa que no se había hecho casi en ningún país del mundo. O sea, que Argentina no estaba financiando ninguna fiesta. En todo caso habían financiado una fiesta como bien lo explica Mussa en el ´98, en el ´99, cuando competían Duhalde y Menem para ver quién era el candidato peronista y en esa competencia Duhalde gastaba como loco en la Provincia de Buenos Aires y Menem le financiaba el gasto al resto de los gobernadores, y esa competencia entre ellos fue ruinosa para el país. Ahí sí, como bien dice Mussa es criticable que el Fondo no se haya puesto más duro con la Argentina. Pero en el año 2000, 2001...

FC: Pero, ahí había economistas serios en esa época ¿eh?, en el Fondo:

DC: Sí, pero tanto el prestigio de la Argentina, era tanto el prestigio de la Argentina que Argentina logró financiamiento aún con un exceso de gasto y de déficit en este período. Fue una lástima, fue una lástima. Ahora, fíjese lo que hizo el Fondo en el 2001 con la Argentina, lo que está haciendo ahora con Brasil. Después si quieren hablamos de Brasil y la Argentina, pero lo que hoy está pasando en Brasil y lo que ha resuelto el Fondo en relación a Brasil es idéntico a lo que el año pasado en agosto hace exactamente doce meses el Fondo decidió respecto de la Argentina.

MG: Vamos a redondear esto, de esta manera. Yo diría si no está pasando un poco la etapa tan agitada de su gestión. Yo diría que usted ya reconoció un error que es haber aceptado ¿no?. Lo que pasa que le hizo caso a Sonia.

DC: No, yo le hice caso a muchos amigos que me decíanlo contrario.

MG: Lo único que le pido yo a Elena es que después no me lo diga. Espero que Sonia no se lo esté diciendo cada 2 minutos. Yo te avisé. Por favor, no me digas  Yo te lo dije . Pero, la verdad es que las mujeres en estas cosas tienen más intuición que los hombres. Es la verdad, yo me acuerdo, yo hablé con ella el día que usted aceptó y ella no estaba de acuerdo, porque veía la cosa... Porque las mujeres son así. Y encima, después se lo dicen. Eso es lo peor ¿no?. La otra parte que yo querría para redondear este diálogo tan intenso e interesante que hemos tenido que nos quedó que le preguntaba un poco Carnota. Aparte de la autocrítica por haber aceptado, hoy con seis meses de distancia, tranquilo, sereno con 14 kilos menos, ¿qué otra autocrítica puede hacer usted de lo que hizo durante esos 6 meses?.

DC: Una muy concreta y muy importante que tiene que ver con Brasil hoy, la reestructuración de la deuda. Tendríamos que haberla comenzado no el 1ro. de noviembre sino que tendríamos que haberla comenzado el 1ro. de septiembre. En esos dos meses el discurso electoral fue tan insistente sobre que teníamos que suspender el pago de la deuda, de los servicios de la deuda que cuando lanzamos la reestructuración de deuda el 1ro. de noviembre, obviamente los depositantes se asustaron pensando que finalmente se iba a suspender el pago de la deuda y empezaron a retirar los depósitos.

MG: Vamos a un corte y ya volvemos.

Locutor: Enseguida hay más Domingo Cavallo. Continúa la entrevista con el hombre más buscado. ¿Tiene solución el corralito? ¿Qué piensa de los candidatos?. (CORTE DE CINTA)...

FC: ....en promedio estuvo más como Ministro de Economía que el resto. Entonces, cómo puede ser que la Argentina está como está hoy si es que promedió más tiempo al frente del Ministerio de Economía son sus ideas.

DC: Bueno, mis ideas son las que le permitieron a la Argentina por ejemplo invertir en una gran cantidad de infraestructura y mejoramiento de los servicios y que durante varios años le dieron a la Argentina un crecimiento vigoroso. Ahora, por supuesto que no hemos logrado salir de una recesión que empezó a mediados del ´98 y que ahora se ha transformado en una tragedia. Este es un problema muy grave que tenemos y yo asumo toda la responsabilidad que usted quiera asignarme y que la gente me asigna. Ahora, hacia el futuro la cuestión no es si Cavallo fue el culpable o no. Si esa fuera la forma pónganme en una hoguera a mí y resuelvan los problemas de la Argentina. Pero no es así la cuestión. Usted me dice si mis ideas no son equivocadas. Yo creo que es menos equivocada que la de otros, porque yo miro que es lo que quieren los argentinos. Por ejemplo, yo nunca hubiera pesificado, porque es faltarle el respeto al argentino, el argentino que tenía su ahorro en dólares decirle que ahora de repente que los dólares son pesos y que además no los puede sacar hasta dentro de 3 ó 5 años, es realmente forzarlo a hacer algo que está absolutamente en contra de su voluntad. Los argentinos van a tratar de ahorrar en dólares. Cómo no permiten que haya dólares en el sistema bancario porque los han destruido, los han pesificado por ley que es una ley inconstitucional obviamente. Entonces, cómo van a ahorrar los argentinos, en dólares billetes o en dólares en el exterior, con lo cual no va a haber ahorro en la Argentina.

P: ¿Qué deberían hacer los bancos con los depósitos?

DC: Devolverle, reconocerle a los depositantes los depósitos en dólares. Yo creo que quién tiene ideas más claras sobre este tema es Nito Artaza. Porque, Nito Artaza está planteando el ataque al corralón. Porque hoy la gente no se queja porque tenga que pagar con tarjeta de débito o con cheque o con transferencia. ¡Ojalá la gente pudiera comprar un auto o comprar una casa utilizando sus dólares, firmando un cheque o con tarjeta de débito!. La gente se queja porque los dólares que tenían se los han robado.

AP: Pero la gente lo responsabiliza a usted Cavallo.

DC: Pero es un operativo...

AP: ¿Cuál es el operativo?. Usted tuvo muchos méritos que mucha gente le reconoce durante la primera gestión de Menem porque usted se fue al año. O sea, que si habla muy bien de la primera gestión de Menem es porque usted tuvo un enorme mérito y quedaba en la historia por haber vencido a la hiperinflación y con el 1 a 1. Mucha gente que no ve supuestamente que se compró el departamento, el auto, todo. Así es la piñata usted se queda con el mérito de aquello y con el desmérito de esto. Y lamentablemente durante su gestión con respecto a que se equivocó de haber regresado, pasó el corralito y lamentablemente usted queda pegado a esto Cavallo. No puede quedar como el que hizo todo bien y todo lo malo por culpa del otro.

DC: Ari escúcheme...usted está absolutamente equivocado. A mí el futuro político no me interesa, a mí me interesa el bienestar de los argentinos. Y entonces, yo le acepto, además lo escuché a usted todas las mañanas porque el kinesiólogo este que me atendía lo escuchaba a usted. Yo no lo culpo a usted, porque en realidad...

AP: Yo tenía plata en el corralito y el que me la dejó fue usted no fue el kinesiólogo.

DC: No, está equivocado, está equivocado. Déjeme que le diga, él que le atrapó a usted la plata y se convirtió en pesos fue Duhalde.

AP: Olvídese de los pesos.

DC: Deje que yo le diga una cosa. Supongamos que yo sea el culpable. Bueno, ahora lo que yo le digo a la gente hay que reconocerle que tiene dólares y hay que dejárselo usar.

AP: Bueno, muy bien.

DC: ¿Cómo?. Como los pudo usar entre el 1ro. de diciembre y el 20 de diciembre con corralito. Pero fíjese, si yo tenía un depósito a plazo fijo y quería comprarme un auto o una casa, el depósito en dólares lo pasaba a una cuenta corriente o a una caja de ahorro, después iba compraba la casa o el auto y la pagaba con un cheque o con una transferencia bancaria. Hoy no hay, hoy no es posible pagar de esa forma porque les han pesificado los depósitos.

P: ¿Y entonces que haría usted?.

DC: Yo, anularía el decreto 214, el de pesificación. Es decir, le seguiría el consejo a la Suprema Corte de Justicia. La Suprema Corte de Justicia, tan temprano como febrero, principios de marzo declaró inconstitucional el corralón, no el corralito, el corralón. Al corralito lo había declarado constitucional en el famoso fallo hiper, pero obviamente que habían dicho que era constitucional cuando no se utilizaba para destruir el ahorro de los argentinos.

MG: ¿Podemos parar un poquitito?.

DC: ¿Cuál es la solución?. Decretar nulo la pesificación. Y reconocer que todo los que tenemos algo en dólar siga teniéndolo en dólares. Después está el tema de cómo lo puede utilizar. Por el momento lo tendría que poder utilizar con tarjeta de débito, con cheque, con transferencia bancaria, porque no puede salir del sistema bancario. Se puede mover de una cuenta a otra pero no puede salir, porque obviamente que si todos lo quieren sacar en billetes o llevárselo al exterior entonces no había forma de poder satisfacer esa demanda. Pero, esa demanda es antinatural. Porque, lo natural es que la gente tenga el dinero en la Argentina. Ahora, lo va a tener en la Argentina si su dinero sigue valiendo lo mismo que antes. Si le dicen no, lo que usted tenía como dólares ahora son pesos obviamente nadie lo va a querer.

MG: Ahora, supongamos que sea verdad lo que le contestó a Cecilia, usted está como más allá de las pasiones, se tranquilizó, es un observador, viene de afuera. Supongamos que superando todas las pasiones y la terrible animosidad que hay en la Argentina, porque la verdad es que estamos todos alterados, mañana Duhalde lo llama a usted y le dice dígame Doctor Cavallo deme tres medidas que yo podría aplicar ahora y que aliviarían la situación.

DC: Bueno, yo le escribí a Duhalde manuscrita una carta donde le dije antes de que lo hiciera, porque me empecé a enterar de Todo Noticias, Bonelli, que eran los voceros de lo que se iba a hacer, lo que iban a hacer. Y a mí, me parecía una barbaridad tan grande que como yo tenía mucha confianza con Duhalde, lo llamé. No me contestó la llamada, le escribí manuscrito una carta que la mostramos creo en el programa... se publicó en La Nación. Y yo le decía hagan lo que quieran con el tipo de cambio. Yo creo que lo que les convendría es no tocarlo hasta que no terminen la reestructuración de la deuda y que podamos demostrar de que tenemos déficit cero. Pero, aún si tocan el tipo de cambio protéjanle los ahorros a la gente, respétenle la moneda de origen. Duhalde en el discurso tomó mi consejo porque dijo los depósitos serán devueltos en la moneda de origen. Lo que pasa es que el lobby que quería la pesificación de los pasivos para sacarse de arriba las deudas que fue lo que motorizó el golpe institucional de tanto contra De la Rúa, como contra Rodríguez Saá. Porque, a Rodríguez Saá decidieron sacarlo cuando Rodríguez Saá dijo que no tocaba la convertibilidad y que no pesificaba. Entonces, los ideólogos de todo eso hasta le hicieron desdecirse a Duhalde de la frase más notable de ese discurso.

AP: ¿Quién quería devaluar De Mendiguren el ideólogo?.

DC: No, De Mendiguren no puede ser ideólogo de nada.

AP: Si no fue el ideólogo quién lo volteó a usted. ¿Se pueden decir los nombres?. A usted y a De la Rúa.

DC: Sí, nos voltearon Alfonsín, que fue convencido por Leopoldo Moreau, y por el resto de los dirigentes radicales que se moronizaron en ese contexto. Ellos en realidad estuvieron muy bien influidos por el interés de grupos económicos algunos dedicados a la comunicación pública que tenían grandes deudas y que habían decidido que la pesificación y la modificación de la Ley de Quiebras les resolvía el problema. Como habían visto que conmigo no había chance de que hubiera pesificación y yo les había ofrecido una solución que sigue siendo la solución viable, que es que utilizaran los títulos de la deuda devaluados los títulos de la deuda no la moneda, para devolver sus acreencias. Ahí entonces el deudor se beneficia del menor valor que tienen los títulos en el mercado.

FC: ¿Armaron el cacerolazo ellos que finalmente fue lo que echó a De la Rúa?.

DC: ¿El cacerolazo?. Escúcheme yo estaba en mi casa...¿Quiénes invitaban a que fueran a mi casa por ejemplo?.

FC: Pero, la gente que salió con la cacerola a la plaza.

DC: Es cierto, el cacerolazo...pero el cacerolazo se produjo...

FC: Es el que hechó a De la Rúa finalmente.

DC: Sí, no, pero ese día había habido asaltos a supermercados, que habían empezado en la Provincia de Entre Ríos dos días antes. Le habían estado diciendo a la gente que el gobierno de De la Rúa no daba seguridad. O sea, era un clima....y después que me voltearon a mí yo me pregunto por qué siguieron con los disturbios...

FC: Pero el cacerolazo fue contra el gobierno, no contra usted.

DC: No, esa noche si usted miraba, lo que usted decía en televisión... Varios periodistas n, piden la cabeza de Cavallo, tal es así que el gobierno anunció mi renuncia cuando yo todavía no había renunciado. Lo que pasa es que los ideólogos del cacerolazo...

AP: Aparte de Moreau, Ruckauf también estaba...¿Moreau solo?.

DC: No fue el partido radical. Le explico el partido radical fue ese día y pidió la renuncia de todo el gabinete y yo me acuerdo muy bien en las conversaciones decían no esta noche van a ir a Plaza de Mayo a pedir la renuncia, etc.

FC: El cacerolazo sorprendió a todos.

DC: No, no,

FC: Los saqueos se venían discutiendo si estaban arreglados o si no estaban arreglados. Pero, en el cacerolazo hubo miles de personas que...

DC: Usted lo vivió...

MG: Son situaciones tan intensas que es lógico que todos volvamos a esas horas terribles que hemos vivido los argentinos. Pero, yo le quería hacer una pregunta muy práctica. Lo que ocurrió pasó.

DC: Le digo las tres cosas que tiene que hacer Duhalde.

MG: Eso, usted ahora está con Duhalde.

DC: Tiene que hacerle caso a la Corte Suprema de Justicia y darse cuenta que el Decreto 214, q el que pesificó, es absolutamente inconstitucional. Entonces, tiene que hacer con respecto al decreto 214 lo que nosotros hicimos con Menem respecto de las decisiones que había tomado Alfonsín para no reconocerle la deuda a los jubilados. Resulta que él tenía un millón de juicios de los jubilados, y los jubilados tenían razón, porque la ley le estaba pagando por debajo de la ley. Entonces, él había inventado formas de dilatar de no pagar a los jubilados. ¿Qué hicimos nosotros?. Le reconocimos a los jubilados como por otro lado venían insistiendo los jueces, que tenían derecho a cobrar la diferencia. Por eso, emitimos 14 mil millones....

MG: La que tiene razón es la Corte en definitiva.

DC: Por supuesto en ese tema. Y sobre todo el que tiene razón es Nito Artaza que lo he visto defender muy bien el interés legítimo de los ahorristas.

MG: ¿Saben que dicen Cavallo en eso?. Que si hacen caso a los amparos son 14 millones de dólares y nos fundimos todos.

DC: Ah, bueno.

MG: ¿Cómo hacen para devolverlo todo junto?.

DC: Usted pregúntele a la gente...
DV: Vio que Uruguay no se hizo lo que se hizo acá, un corralito igual para todos, cuasi confiscación. ¿Por qué no se le dijo a algún banco liquidamos, otro banco reprograma y los otros bancos...?.

DC: Eso era lo que habíamos dicho nosotros.
MG: Ese fue un corralito para todos.
DC: No, pero el corralito es una anécdota.

DV: ¿No se ayudó a tres bancos?.

DC: Pero escúcheme el corralito original, ¿el corralito original qué molestia le causaba a la gente?. Que en vez de pagar con efectivo...

FC: Pero, fue terrible eso ahí empezó todo.

DV: Alteraron los plazos fijos que era lo que la gente quería.

DC: Los plazos fijos usted...cuando vencía el plazo fijo lo podía pasar a caja de ahorro o cuenta corriente y después podía pagar con eso. Si en los primeros veinte días de diciembre pregúntele a cualquier inmobiliaria o a cualquier concesionario de autos, se hicieron más operaciones que en todo el resto del año. ¿Por qué?. Porque, gente que dijo no, yo prefiero tener un departamento...

AP: Pero, en Uruguay el Citibank me daba la plata, a mí no me daba ningún instrumento.

DC: De acuerdo, le explico. Acá, si había que tomar una medida tan gravosa como la que está tomando Uruguay ahora que es reprogramar la devolución de los depósitos.

AP: Pero la banca pública.

DC: No, la banca pública y toda la banca liquidada que es el 75% de todos los depósitos. Una medida tan gravosa como esta obviamente que había que hacerlo solo en relación a los bancos con problemas ¿se dan cuenta?, con problemas de insolvencia en definitiva, bancos a los que hay que liquidar o reestructurar. Acá, cuando se hizo la reprogramación de los depósitos que también es inconstitucional, se hizo mal, precisamente porque no se hizo como en Uruguay. Acá la Ley de Entidades Financieras autoriza a reprogramar depósitos para las entidades con problemas pero no le permite reprogramar depósitos generalizadamente. Además, está en vigencia la Ley de Intangibilidad de los Depósitos.

MG: Ahora, le hago una pregunta Doctor Cavallo.

DC: Uruguay lo hizo bien, pero una medida muy gravosa como es reestructurar depósitos. Ahora, esas entidades a las que le han reestructurado los depósitos que tienen el 75% de los depósitos van a tender a desaparecer y se van... Acá nosotros no creíamos que era necesario llegar a una medida tan gravosa. La del corralito que creamos y que pretendía acelerar un proceso natural que es el proceso de bancarización de los pagos. Pero, de ninguna manera afectaba a los depósitos. Por eso, la Corte el 28 de diciembre lo consideró constitucional al corralitto.

MG: ¿Va a votar en la interna justicialista en noviembre usted?.
DC: No, como voy a votar.
MG: ¿Por qué?.

DC: No, no voy a votar. Yo no voy a participar en esta elección.

AP: ¿El 30 de marzo no va a ir a votar tampoco?.

DC: Bueno, el 30 de marzo seguramente voy a ir a votar. Pero, yo no me voy a meter en las internas y mucho menos de otros partidos.

FC: ¿Y cómo candidato?.

DC: Tampoco. Yo no siento que la gente en este momento quiera que yo vuelva. Entonces, si la gente no quiere. Yo volví, me metí nada menos que en el gobierno de De la Rúa y asumí todos estos riesgos porque la gente me pedía que volviera. El día que la gente me pida que vuelva yo voy a estar disponible. Pero ahora....la gente tiene muchas dudas y es legítimo que las tenga. Como decía Ari al fin y al cabo todos me han echado la culpa a mí. Ha habido una campaña mediática, eso lo digo yo no lo dice Ari para....

MG: Acá está... está muy cambiado Cavallo. Lo escucha a Ari, no sé lo que le pasa a Cavallo. Usted está arificado.

AP: Por lo menos diga a quién vota el 30 de marzo, ¿vota a Patricia Bullrich no?.

DC: Mire, primero yo no sé si la elección va a ser el 30 de marzo. A mí me parece que sea antes. En realidad, fíjense los líos que se están armando con esta elección interna. ¿Por qué no dejan que todos los que quieran ser candidatos sean candidatos y vamos directamente a una elección general, lo antes posible?. Usted, me decía que hay que decirle que haga Duhalde. Bueno, muy pocas cosas puede hacer él excepto dar marcha atrás con algunos errores que le hicieron cometer, porque él no los había anunciado en su discurso inaugural. Eso es lo que puede hacer Duhalde. Y de esa forma terminar de resolver este tema, este frente con los ahorristas que los ahorristas está reclamando legítimamente por lo que les corresponde. Ahora, la solución la va a tener que dar un futuro gobierno. Cuanto antes tengamos el futuro gobierno que pueda concitar un espíritu de unidad nacional. Usted me dice a quién voto, no le voy a decir. Pero, yo creo que los candidatos que dividan mucho no sirven para esa etapa. Hay que buscar candidatos que sean capaces de unir...

DV: En ese contexto, ¿qué piensa de Menem candidato? ¿con ese pasado puede ser futuro candidato?.

DC: A mí me hubiera gustado Reutemann, porque creo que Reutemann podría haber unido a mucha gente. Yo tengo una cierta expectativa dentro del justicialismo no porque yo lo vaya a votar, sino que pienso que a lo mejor De la Sota podría ser un factor de unión, pero habrá que ver. Ahora, Menem está teniendo una actitud muy valiente de alguien que se anima a confrontar la adversidad que está enfrentando, obviamente motivado porque por su ambición de poder, pero también por su sentido de responsabilidad. Así que, yo creo que a Menem hay que dejarlo hacer la campaña. Ahora, a mí me parece que tanto Menem por un lado, como la señora Carrió o Zamora por el otro, son personas que les va a resultar muy difícil crear el espíritu de unidad que se necesita en la Argentina.

Ahora, ¿quién va a estar en condiciones?. A mí si usted me pregunta, me gustaría que fuera o Patricia Bullrich o López Murphy. Yo creo que ellos son personas que tienen ideas apropiadas para la Argentina. Lo que pasa es que no sólo hay que tener ideas, también hay que tener la capacidad de aglutinar. ¿Cuál fue el gran mérito de Menem?. Que aglutinó y creó una cosa muy amplia y un gran apoyo a la política que estaba implementando. Y De la Rúa ganó por qué, porque De la Rúa era el hombre que podía lograr los votos de centro izquierda que se lo daba la Alianza, pero él le quitó a Duhalde los votos de centro, los votos de los que no tienen afiliación política.

MG: Tenemos que ir al cierre. Hemos hablado mucho tiempo una cosa muy interesante. Yo tengo esta sensación ¿no?, creo que Cavallo es un hombre de los que más saben en la Argentina, tiene experiencia, por lo que ha hecho, por lo que describió. Tuvo logros, tuvo errores, tuvo altibajos fenomenales porque pasó de los plenos poderes a cárceles. Ahora, es muy consciente de que no es el momento para él plantear un retorno ¿no es cierto?. Yo lo comparo un poco a Bielsa ¿no?. Es decir, fue ganando, ganando y de golpe... Y a mí me parece que Cavallo todavía va a poder darle al país mucho si aprende esta experiencia y maneja los tiempos. Creo que es joven... ¿cuántos años tiene?.

DC: 56 años.

MG: Para mí es jovencísimo. Es joven, muy polémico, muy discutido. Yo creo... yo y voy a decirle como se lo dije el otro día cuando estaba Sonia... Fernando Carnota es honesto, Cavallo es honesto. Yo creo que es un hombre honesto. Es un hombre muy impetuoso. Un ego muy grande ¿eh?. Entonces, esto le va a venir muy bien como pausa de humildad. Cavallo tiene que ser ahora humilde. Aportó, peleó, ganó, perdió. Tiene que aprender de su experiencia. Si aprende y espera yo creo que va a ser un hombre muy valioso en Argentina de los próximos años. Ya volvemos.