domingo, 13 de noviembre de 2005

LAS LEYES EN VIGENCIA CONTEMPLAN LA MOVILIDAD DE LAS JUBILACIONES

Es común escuchar en los medios que la ley de Solidaridad Provisional de 1995 eliminó la movilidad de las jubilaciones y que ésta se va a lograr sólo luego de que se declare, caso por caso, la inconstitucionalidad de aquella norma.

Esta es una opinión equivocada que perjudica a los jubilados, porque los induce a reclamar una solución, que en caso de conseguirse, demorará muchos años.La solución para los casi dos millones de jubilados a los que les corresponde una jubilación por arriba de la mínima, consiste simplemente en reclamar que el Congreso Nacional obligue al Poder Ejecutivo a cumplir con la ley de Solidaridad Provisional. Esta dispone que cada año, en oportunidad de discutirse la ley de Presupuesto, el Congreso deba disponer un coeficiente de movilidad igual al aumento contemplado en los recursos para el Sistema de Seguridad Social.

En oportunidad de discutirse el Presupuesto para 2006, el Congreso debe disponer no sólo el aumento que corresponde por el coeficiente de movilidad de ese año, sino de todos los años anteriores, desde 2002 en adelante. Esto es así, porque al aprobarse los presupuestos de 2003, 2004 y 2005, no se cumplió con la ley, y no se fijó el coeficiente de movilidad que corresponde a cada uno de esos años.

Hacia a delante a los jubilados les corresponde aumentos que llegan hasta el 101 %. Pero además, a casi dos millones de jubilados les corresponde cobrar la deuda que el sistema ha venido acumulando, por no pagarles lo que les correspondía desde el año 2002.

Los jubilados deberían hacer de inmediato el reclamo administrativo y judicial, en forma individual, para que los millones de reclamos obliguen a los legisladores a no omitir nuevamente la determinación del coeficiente de movilidad en el Presupuesto para 2006 que se está discutiendo en el Congreso.

En la ventana titulada “Jubilados", los lectores de este sitio encontrarán un escrito modelo y también un programa de cálculo de la jubilación que le corresponde a cada jubilado, así como la deuda que el Sistema de Seguridad Social tiene con cada uno de ellos. Este escrito y este programa fue realizado por especialistas técnicos de Acción por la Republica. El Estado debería hacer frente a la deuda con los Jubilados que se incrementa mes a mes, en la medida en que se demora la aplicación de la movilidad legal.

El mismo proceso de acumulación de deudas se produjo durante el gobierno del Doctor Raúl Alfonsín, y fue saldado durante mi gestión al frente del Ministerio de Economía, en 1992.Es fundamental que esta vez la historia no se repita, y el Gobierno del Doctor Néstor Kirchner pague sus deudas y no las traslade a un gobierno futuro.

La discusión del Presupuesto para 2006, brinda la oportunidad para resolver el problema sin más demoras.*La Ley de Solidaridad Previsional es aplicable a todos los planes de la ANSES (apróximadamente 3.200.000 planes)Links Relacionados:-SIMULADOR JUBILATORIO ONLINE-DESCARGAR SIMULADOR-DESCARGAR MODELO DE DEMANDA

viernes, 23 de septiembre de 2005

CAVALLO DESISTIO DE COMPETIR EN LA ELECCIÓN DE OCTUBRE

A continuación se reproduce una declaración del Dr. Domingo Cavallo, exponiendo los motivos por los cuales desiste de competir en la elección del 23 de octubre:

Diversas circunstancias me impulsaron a regresar a mi país. Siempre tuve en mente el deseo y la voluntad de contribuir, aportando mis ideas y mi trabajo, para el destino de la Argentina.Mi candidatura significó una herramienta para expresar públicamente los valores, principios y propuestas que me impulsan. Los medios me permitieron expresarme con libertad y en un marco de respeto. Lo mismo sucedió con la gente.

Al periodismo independiente y a los ciudadanos quiero agradecerles que me hayan recibido como una alternativa que merece ser escuchada.

He encontrado varios obstáculos: por no figurar en el padrón electoral de la capital federal, la justica ha dispuesto que mi esposa Sonia Abrazian, no puede acompañarme. Mi propio partido obstaculizó la presentación de una lista de candidatos jóvenes a la legislatura de la ciudad. Carecemos de los recursos necesarios para imprimir los votos y organizar el control del díade la elección.

En los últimos días me planteé, cual es el sentido de enfrentar los obstáculos formales de una campaña, cuando en realidad nos motiva un fin mucho más ambicioso. No se trata de pulsear en tribunales para imponer a los graves problemas nacionales los mezquinos internismos, que cercenaron la posibilidad de que mi partido, Acción por la República, presentara su propia lista de legisladores porteños.

Tengo aspiraciones más profundas y muchos me acompañan. Quiero comprometerme con los jóvenes, que son nuestro verdadero potencial, reservando sus fuerzas para el momento de competir entre las distintas visiones estratégicas que definirán el futuro de Argentina.

Sigo adelante, pensando más allá del 23 de octubre. Hoy dejo de ser candidato para convertirme en el discurso que necesitaremos a partir del próximo 24 de octubre.

jueves, 1 de septiembre de 2005

PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA COINCIDIÓ CON LA VISIÓN DE DOMINGO CAVALLO

29 de agosto de 2005.-Fue en el contexto de una entrevista realizada por Marcelo Zlotogwiazda para el diario Página 12. El periodista hizo una pregunta capciosa para inducir críticas a Domingo Cavallo, pero le salió el tiro por la culata. Por el contrario, Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía, defendió la versión del ex ministro sobre la crisis de 2001.A continuación se reproduce un fragmento de la entrevista.DOMINGO CAVALLO Y LA CLASE DIRIGENTE …Zlotogwiasda: No sé si sabe, pero Domingo Cavallo declaró que ustedes dos piensan parecido y que ambos coinciden en que el FMI volteó a De la Rúa.Stiglitz: Si yo entiendo lo que él dice, es cierto que hubo acciones particulares del FMI que perjudicaron su gestión en 2001. Por ejemplo, que Anne Krueger (N. de R.: la vicedirectora del FMI) haya presentado su propuesta de quiebra para los países en el 2001 en medio de las negociaciones argentinas fue interpretado por muchos en el mercado como una señal de que la institución veía venir un default para la Argentina. Yo estoy de acuerdo con que el Fondo fue un factor principal en el desencadenamiento de la crisis. Y también creo que varias de las cosas que intentó Cavallo eran inteligentes, como por ejemplo el intento de la canasta de monedas.Zlotogwiasda: Pero en el mejor de los casos, fueron intentos tardíos para salvar un esquema que según usted mismo era pernicioso e insostenible.Stiglitz: Es cierto. Pero reconozco que pensó creativamente los problemas que enfrentaba, y que pensaba en cómo dejar la convertibilidad. Pensemos qué hubiera pasado si el Fondo le daba algo más de margen a la Argentina y el esquema anterior llegaba al momento en que el dólar comenzó a debilitarse, lo que significaba de hecho una devaluación del peso.Zlotogwiasda: ¿Cree que podría haber sobrevivido aquel esquema económico?Stiglitz: No lo sé. Pero sí sé que la historia hubiera sido diferente. Tal vez se hubiera necesitado un ajuste mucho más suave. Creo que el sistema estaba terminado, pero podría haber sido ajustado o cambiado de manera menos traumática si el Fondo hubiese actuado correctamente.

viernes, 5 de agosto de 2005

SIEMBRAN CONFUSION PARA COSECHAR IMPUNIDAD

La discusión mediática sobre los denominados “sobresueldos” es fruto de una operación destinada a que quede sin castigo el enriquecimiento ilícito de quienes habiendo pasado por la función pública no puedan justificar su patrimonio. Pretenden beneficiarse de esta confusión tanto funcionarios de los gobiernos del pasado como del presente.

El argumento defensivo que se pretende validar es simple: cuando ante una denuncia de enriquecimiento ilícito, el acusado que no pueda explicar un aumento substancial de su patrimonio, argumentará que por la ley secreta 18.302 recibió “sobresueldos” de la magnitud suficiente como para justificar aquel aumento. Los funcionarios interesados en enriquecerse a través de la función pública tienen gran interés en que la justicia acepte este argumento. Quedaría impune para siempre cualquier delito de enriquecimiento ilícito.

La confusión se siembra argumentando que yo, como Ministro de Economía, informé al Gabinete Nacional en 1992 que los funcionarios debían declarar los “sobresueldos” a la Dirección General Impositiva. De esta forma se pretende legalizar los “sobresueldos de hasta 100 mil pesos mensuales” (sic) de cuya existencia generalizada ya se ha convencido a la opinión pública.

Para comenzar a despejar la confusión y para que los delincuentes no se salgan con la suya, debo aclarar desde el vamos que los “reintegros de gastos protocolares” se limitaron a cifras de hasta 6.500 pesos mensuales para los ministros, 5.700 para los secretarios y 4.900 para los subsecretarios.Todos los funcionarios que concurrían a las reuniones de Gabinete Nacional, saben que al poco tiempo de asumir como Ministro de Economía propuse instituir el régimen transparente que finalmente fue plasmado en el Decreto 838 de 1994 [Ver Decreto] .

Sin embargo predominó el criterio de evitar que ese reintegro de gastos tuviera difusión y el Presidente decidió que se pagaran en forma secreta. Recuerdo que tanto los asesores legales de los órganos responsables de administrar los fondos de la ley secreta 18302 como la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, el Ministerio de Justicia y la Procuración del Tesoro opinaron que ese encuadre legal era posible.Yo sostuve que el mínimo ingrediente de transparencia aceptable era la obligación de incorporar el reintegro de gastos protocolares en la declaración de impuestos de cada funcionario.

Este sistema funcionó desde 1991 hasta la sanción en 1994 del Decreto 838, que cambió el origen presupuestario de los reintegros por gastos protocolares y le quitó el carácter secreto, aunque mantuvo los montos que se habían abonado mensualmente en el período anterior.

Es claro que los funcionarios que recibieron dinero por fuera del sistema legal vigente cometieron delitos y deben ser juzgados, pero no aquellos funcionarios que recibieron una retribución por su trabajo, y un reintegro de gastos vinculado con su función, dentro del marco legal y lo incluyeron correctamente en sus declaraciones juradas de impuestos.

En materia de legalidad, así lo entendió la justicia que me sobreseyó en forma definitiva en una acusación de enriquecimiento ilícito que me hicieron en 1995.Esta acusación fue promovida por quienes se sentían molestos con mi lucha contra las mafias. La Jueza Servini de Cubria, me sobreseyó en el año 2004. Es decir que la declaración de los reintegros de gastos protocolares que yo incluí en mis declaraciones juradas anuales, en conjunto con todos mis otros ingresos, fueron tomadas como justificaciones legítimas de mis variaciones patrimoniales entre 1988 y el año 2003.

La discusión pública de esta cuestión de los reintegros de gastos protocolares, que por entonces los medios también denominaban “sobresueldos”, fue muy intensa en 1993 y 1994 [ Ver nota periodística 1993], pero quedo totalmente saldada con la publicación del decreto 838 de 1994, que introdujo total transparencia en el mecanismo de contabilización y pago de los mal llamados “sobresueldos”.

Para entender porqué se ha reabierto luego de más de una década, resultan muy útiles las declaraciones de Aníbal Fernández.El Ministro del Interior acaba de afirmar que seguramente no habrá sanción legal para los que pagaron “sobresueldos”, porque la ley secreta permitía el uso discrecional de los recursos por parte de quienes debían administrarlos. Pero preanuncia que habrá una “enorme sanción moral” para los que los cobraron. Y tal como se ha montado la discusión mediática, se pretende que los destinatarios de esa “enorme sanción moral” seamos los que cobramos reintegros de gastos no mayores a 6.500 pesos mensuales, mientras se nos mezcla con los que ahora dicen haber cobrado 50 mil pesos mensuales para aumentar significativamente su patrimonio no declarado ante la DGI.

En otros términos, han metido en la misma bolsa a todos los funcionarios honestos que recibieron una retribución por su trabajo y un reconocimiento de gastos razonables vinculados con su gestión, con los que no pueden justificar incrementos patrimoniales millonarios y recurren a los gastos reservados como explicación de lo inexplicable.

No me sorprende que a algunos funcionarios les interese esta vía de indemnidad, pero me parece una actitud repudiable desde todo punto de vista. No debe permitirse que los delitos queden sin castigo y mucho menos que quienes hemos actuado con honestidad recibamos la “enorme sanción moral” a la que alude el Ministro del Interior.

La Justicia, si realmente existe, debe investigar todas las denuncias de enriquecimiento ilícito. En mi caso, el juicio se prolongó por 9 años y se pidieron informes a varios países a partir de pruebas demostradamente falsas. Finalmente debieron sobreseerme y decir burocráticamente que quedó a salvo “mi buen nombre y honor”, después que utilizaron cientos de páginas de diario y miles de minutos de radio y televisión para hacerme aparecer como corrupto. Pero yo acepté la investigación como una carga ineludiblemente asociada a mi servicio público.

Todos los funcionarios tienen que estar dispuestos a admitir que se los investigue, aunque deseo que no hagan con los demás lo que hicieron conmigo en términos de uso injusto de la mentira y la difamación pública.La Justicia también debe investigar la malversación de gastos reservados. Pero si quieren hacerlo seriamente, en lugar de tratar de “redescubrir” con 10 años de atraso el mecanismo de reintegros de gastos protocolares que rigió entre 1991 y 1994 y que fue discutido, criticado y cambiado para dotarlo de total transparencia, se debería analizar el financiamiento de las campañas electorales, no sólo durante la gestión del Dr. Menem, sino también la del Dr. Alfonsín y la del Dr. Duhalde, ninguna de las cuales está libre de sospechas.

Lamentablemente, por la forma como se ha planteado en las últimas semanas, la discusión sobre los gastos reservados no parece estar orientada a que se investiguen seriamente y se castiguen los delitos de malversación de fondos e enriquecimiento ilícito. Me citan a mí como imputado cuando he sido sobreseído en una causa anterior por enriquecimiento ilícito y como Ministro de economía nunca tuve a mi cargo partida alguna de gastos reservados.

Pareciera más bien que se trata de una nueva cortina de humo, como ocurrió ya otras veces Pero me suena que hay un objetivo aún más detestable: transformar en chivos expiatorios y someter a un “enorme castigo moral” a funcionarios honestos en aras de conseguir impunidad para los delincuentes.

Notas:[1] El texto del Decreto 838 de 1994 se puede ver en este sitio de la Web, haciendo click aqui[2] Marcelo Zlotogwiazda, el periodista de Página 12 que inició esta discusión en febrero de 1993, acaba de recordar algunos hitos de esa discusión. Ver artículo del 8 de mayo de 2005 en Página 12. Resulta notable que el periodista haya omitido una referencia al segundo artículo que publico en aquella época, en la que yo explico que los mal llamados “sobresueldos” son en realidad compensaciones de gastos protocolares. Una trascripción de ese segundo artículo se puede encontrar en este mismo sitio, haciendo click en este link.

jueves, 28 de julio de 2005

¿SABRÁ KIRCHNER QUE MIENTRAS LE PAGA AL FMI, SE ENDEUDA CON LOS JUBILADOS?

Hoy, cuando leía los dichos del Presidente Kirchner sobre la política de desendeudamiento con el FMI, me surgió la pregunta que elegí como título para este artículo.

Osvaldo Giordano, desde IDESA, viene advirtiendo sobre la deuda que el ANSES está acumulando con los Jubilados [ Ver Artículo 1 - Artículo 2] . Yo ya lo mencioné en uno de mis artículos anteriores. Pero parece que a Kirchner la noticia no le ha llegado. De otra manera no creo que siga considerando justo cancelar deuda con el FMI para acumular una deuda nada menos que con los Jubilados...!

Lo que está ocurriendo es un calco de lo que ya pasó durante el Gobierno de Alfonsín. No se cumplía con la movilidad de las jubilaciones dispuesta por las leyes entonces en vigencia, y los jubilados no tenían otra vía que el reclamo judicial para hacer valer sus derechos. Las sentencias condenando a la ANSES a pagar salían cada vez más rápido, y la ANSES no las cumplía.

Se daban aumentos a los jubilados que cobraban la mínima, con lo que, hacia 1991, el 70 % de los jubilados cobraban el haber mínimo, aunque hubieran pagado como para tener una jubilación mucho mejor. Hacia fines de 1991 la deuda acumulada con los jubilados ascendía a 18 mil millones de pesos.

La Ley de Consolidación de Pasivos, promovida desde mi Ministerio, reconoció esa deuda y dispuso su consolidación. La saldamos emitiendo Bocones Previsionales por 18 mil millones de pesos. Lejos de ser “bonos basura”, como los había denominado el Diputado Baglini, los Bocones Previsionales se cotizaron sobre la par, con lo que los jubilados pudieron cobrar el 100 % de sus acreencias.

Todo esto ocurrió antes de que reestructuráramos y comenzáramos a pagar la Deuda Externa, a través del denominado Plan Brady, concretado a principios de 1993.

Desde enero de 2002, el Gobierno está acumulando una enorme deuda con los Jubilados que deberían cobrar arriba de la mínima. Esto ocurre porque no se está cumpliendo con la ley de Solidaridad Previsional, que dispuso que anualmente el Congreso de la Nación debe fijar el coeficiente de movilidad de las jubilaciones en la misma proporción que crecen los recursos de la ANSES. Esta deuda ya está siendo reclamada por algunos jubilados ante los tribunales. Y seguramente los juicios se multiplicarán geométricamente.

Es, por consiguiente, un imperativo, comenzar a aplicar de inmediato la movilidad dispuesta por la ley de Solidaridad Previsional y consolidar la deuda ya devengada con los Jubilados. Osvaldo Giordano, que es un especialista reconocido en este tema, ha estimado que la movilidad significa un aumento del 71 % para las jubilaciones que aún no han aumentado y la deuda acumulada hasta este momento asciende a 10 mil millones de Pesos.

Mi primer proyecto de ley, cuando ingrese a la Cámara de Diputados de la Nación, se referirá a este tema. Ya lo tengo redactado y lo he incluído en este sitio [Click aquí] , por si algún Diputado o Senador lo quiere presentar de inmediato. El proyecto también está disponible para que lo haga suyo el Poder Ejecutivo. Exactamente como yo lo hice en 1991, siendo Ministro de Economía de la Nación.

viernes, 22 de julio de 2005

LECHE PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA…

La inflación se acelerará no sólo por el intento absurdo de mantener a la moneda permanentemente subvaluada, sino también por la multiplicación de medidas que restringen la inversión y deterioran la productividad. Los controles de precios y las retenciones a las exportaciones son dos ejemplos típicos de medidas que restringen la oferta futura de bienes y servicios y que agregarán presiones inflacionarias cada vez más fuertes.El caso de los controles de precios, particularmente ahora que han adoptado la forma de congelamiento de las tarifas pesificadas para los servicios públicos, debería ser bien conocido por los economistas del gobierno. Durante los 70 y los 80, cuando ellos tuvieron oportunidad de aplicar sus teorías económicas, eran comunes los “tarifazos”. Por supuesto, sobrevenían luego de períodos de congelamiento de tarifas que provocaban desinversión y desabastecimiento. Lamentablemente, después de las elecciones de octubre, asistiremos a una secuencia de tarifazos que pueden llevar a triplicar los precios de la electricidad, el gas y el transporte público.El caso de las retenciones a las exportaciones es tan perverso como el de los congelamientos de precios. Y por las mismas razones. Las retenciones, que además de ser muy elevadas para los productos agrícolas, ahora han sido aumentadas para los productos lácteos, desalientan la inversión en sectores para los que existe demanda interna y de exportación. El resultado no puede ser otro que la acentuación del desequilibrio entre la oferta y la demanda. Ya llegará el momento en que la causa de ese desajuste deberá ser eliminada. Entonces los aumentos de precios serán mucho mayores que los que evitarán ahora.Cualquier economista sensato, que tenga más de 40 años de edad y haya vivido en la Agentina, aún sin gran entrenamiento técnico, debería conocer estos fenómenos por simple experiencia. Durante las décadas de los 70 y de los 80, cuando los controles de precios y las retenciones estaban a la orden del día, pasamos de la inflación a la stagflación y terminamos en hiperinflación.En particular, entre 1980 y 1990, cuando nuestra moneda se devalúo muchas veces y estuvo predominantemente subvaluada, la producción y las exportaciones se estancaron, no por falta de demanda sino, precisamente, por escasez de oferta. Y la oferta no aumentaba porque no había inversión y la productividad, en lugar de aumentar, retrocedía. Los controles de precios y las retenciones a las exportaciones figuraban entre las principales causas de ese desastre económico.Es una paradoja, y por cierto algo que vamos a lamentar mucho en el futuro, que el Gobierno de Kirchner, que goza de popularidad gracias a la expansión económica provocada por una elevada demanda mundial de alimentos que tuvimos la fortuna de poder atender gracias a la inversión en infraestructura y tecnología de la década de los 90, esté destruyendo las bases de nuestra prosperidad con controles de precios y retenciones a las exportaciones, las mismas armas de destrucción económica que nos llevaron al desastre durante los 70 y 80.

miércoles, 20 de julio de 2005

LA ARGENTINA QUE LE GUSTA A BIELSA

El discurso de campaña del Canciller-Candidato es revelador de la Argentina que lo entusiasma.Para hablar de la Argentina que deplora dijo textualmente: “La Argentina fue Menem, privatizaciones y vanidad; fue De la Rúa, 20 de diciembre, paredón y después; Rodríguez Saa, default y negligencia”. No incluyó en la lista ni a la Argentina de Alfonsín, proyecto Cóndor e hiperinflación; ni a la de Duhalde, pesificación y devaluación.La omisión de dos episodios que desdibujaron mucho más la imagen de Argentina que los que él eligió para adornar su discurso tanguero, revela que añora la Argentina de Alfonsín y de Duhalde. La mención de los premios Nóbel y de otros intelectuales ilustres es un simple recurso escapista en un discurso de neto corte político.No es casual que no haya incluido a los dos ex-presidentes en la lista de la Argentina que deplora. Pertenece a un gobierno que es el hijo no planeado del matrimonio político Duhalde-Alfonsín y está enamorado de la política exterior argentina durante sus respectivos mandatos.Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa piensan que la violación de derechos humanos, si es llevada a cabo por Fidel Castro no es condenable. Cuando Castro le bloqueó la salida a Hilda Molina, no les preocupó tanto que la mujer y su familia sufrieran, sino que se hubiera conocido que el dictador cubano les había hecho un desplante, después de que ellos le rindieron pleitesía.Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa, piensan que la inversión directa extranjera es indeseable, por lo que no les preocupa que los que deciden inversiones en infraestructura y otras actividades productivas tengan mala imagen del País. Sí les interesan los elogios del FMI y de la prensa financiera mundial, que se deleita cobrando sus acreencias, mientras a los pequeños bonistas italianos, alemanes, japoneses y españoles se los insulta, llamándolos “buitres y especuladores”.Alfonsín y Duhalde, y Kirchner y Bielsa aún más, sienten admiración por el “nacionalismo” de Chávez, aunque éste haya sido un golpista, haga simulacro de democracia y financie la desestabilización de Bolivia y sus demás vecinos andinos.Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa, no consideran que Estados Unidos y Europa merezcan apoyo en su lucha antiterrorista. Han conformado una Corte Suprema de Justicia tan “garantista” que se preocupa por proteger los derechos de los terroristas que cometen delitos en España o Chile, con lo que el país pierde fuerza para reclamar que Interpol detenga a los iraníes sospechados de haber planeado y ejecutado los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel. Cuando una periodista norteamericana critica estas decisiones judiciales de Argentina, no encuentran mejor forma de responder a su crítica que descalificándola, en lugar de usar argumentos válidos.No es casual que entre la lista de decisiones que en el pasado desdibujaron la imagen de Argentina, Bielsa ni haya mencionado que durante el gobierno de Alfonsín, nuestro País produjo y exportó misiles de largo alcance, verdaderas armas de destrucción masiva. Tampoco es casual que se refiera a los esfuerzos de la Cancillería por reestablecer relaciones con el Reino Unido y desmontar el proyecto Cóndor, como “hacer trabajar a la Cancillería dos años para poder ponerle un ponchito a Isabel II, la reina de Gran Bretaña". A pesar de que Gran Bretaña es nuestro mayor apoyo en la lucha por la eliminación de los subsidios agrícolas en Europa, el tema comercial externo de mayor importancia para la Argentina, el Canciller-Candidato se da el lujo de subestimar los esfuerzos que llevaron a reparar, aunque sea en parte, las funestas consecuencias de la Guerra del Atlántico Sur.Será interesante escuchar las respuestas de Bielsa a estas críticas. ¿Será capaz de dejar de lado la descalificación y discutir con seriedad algo tan importante como la política exterior de nuestra Patria?

lunes, 18 de julio de 2005

Artículo en La Prensa: "Este gobierno comete muchos errores"

"Este Gobierno tiene muchos errores"La PrensaLunes 18 de julio de 2005El postulante a primer diputado nacional por Acción por la República, Domingo Cavallo, cuestionó el estilo de Kirchner y su política exterior. Aspira a formar un bloque con Macri y rescata el nivel de vida de los noventa.Por Pablo S. OteroContinuando con las entrevistas a candidatos con vistas a las elecciones legislativas del 23 de octubre, La Prensa conversó con el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien se presenta encabezando la lista de diputados nacionales de su partido, Acción por la República. Estará acompañado por su esposa, Sonia Abrazian, Guillermo Francos y Alfredo Castañón, entre otros.Los principales conceptos del ex funcionario son los siguientes:-¿Cómo analiza las elecciones de octubre?-Es absurdo plantearlo como un plebiscito de la gestión presidencial porque una elección legislativa tiene que ver básicamente con las ideas a través de las cuales las personas se sienten identificadas y llevan, de alguna manera, su representación al Congreso.-¿A que sector de la sociedad piensa que representa o le gustaría representar?-Yo represento a la gente que quiere que el país progrese, espero volver a convencer a los jóvenes para que me voten porque creo que hice una gestión importante en la cual los niveles de bienestar y proyección en el mundo fueron muy superiores a los que existen hoy. Si bien he sido demonizado y se pretendió cargarme todas las culpas de lo que pasó en el 2001 y 2002, yo creo que la gente advertirá que yo traté de evitar lo que lamentablemente ocurrió luego.-¿Cuáles serán los ejes fundamentales de su campaña?-Trabajar para que no siga devaluada la aspiración de los argentinos, para que recuperemos el deseo y la ambición de un mejor nivel de vida para toda nuestra población, mejores posibilidades para nuestros jóvenes como se daban en la década de los noventa que prácticamente hoy han desaparecido.-¿Por qué muchos aseguran que los noventa fueron algo ficticio?-Para que la gente ahora se conforme con mucho menos y admita estos terribles niveles de pobreza e indignidad que hay.-Que opina del gobierno de Néstor Kirchner?-Este Gobierno tiene muchas cosas malas, ha cometido y comete muchos errores, pero el mayor es en política exterior. Esa agresividad e incapacidad para el diálogo constructivo en términos de política exterior es muy negativa. Yo ahora veo muy difícil para Kirchner, aun cuando logre derrotar a Duhalde en la provincia de Buenos Aires, retomar un planteo y un discurso serio y conducente a la buena organización política, económica y social de la Argentina. Este Gobierno ya ha perdido la oportunidad de hacerlo.-¿Y sobre el estilo K?-Es un estilo agresivo, ofensivo, de romper puentes y de hacer imposible el diálogo. Y así como es malo que apliquen este estilo a la relación con la Iglesia, los militares, con la oposición o con el exterior también es malo que la apliquen en las relaciones internas del Partido Justicialista. No estoy de acuerdo con la agresividad que demostró Cristina en el lanzamiento de su campaña.-¿Cómo decidió su candidatura a nivel personal y a nivel partidario?-Tenía ganas de volver a la Argentina, me siento mucho más útil trabajando aquí que dando clases en el exterior. Apenas arribé al país un grupo de jóvenes de mi partido, prácticamente, me exigió que me presentara como candidato, yo lo pensé y llegué a la conclusión que valía la pena. En cuanto a Acción por la República, al ser yo su fundador y tener el liderazgo natural, todos se pusieron muy contentos de la posibilidad que liderara la lista de diputados.

Articulo Ambito Financiero: "La culpa es de la devaluación"

Ámbito Financiero, lunes 18 de julio de 2005

El gobierno parece sorprendido por la inflación. Buscan culpables entre los empresarios, los sindicatos, el Banco Central y, seguramente en los próximos meses, entre todos los candidatos de la oposición al gobierno en las elecciones legislativas de octubre. Lo sorprendente es que el gobierno se sorprenda. La respuesta no puede ser otra y más simple: ¡es la devaluación, estúpido!

Cuando en enero de 2002, el gobierno decidió promover la devaluación extrema del peso, y en pocos meses le hizo perder 75% de su valor frente al dólar, reintrodujo la inflación en la Argentina, con una fuerza que nadie podía haber imaginado unos meses antes. Hacia mediados de 2002, con un aumento en el precio del dólar de casi 300%, aún suponiendo que el peso hubiera estado a fines de 2001 sobrevaluado en 30 %, los precios internos iban a subir, necesariamente, alrededor de 200%.

Aún hoy, con el dólar habiendo aumentado algo menos de 200% y no 300%, debido entre otras cosas al favorable contexto internacional, el aumento de precios implícito en el proceso devaluatorio que resultó de las medidas de enero de 2002 y los acontecimientos posteriores, sigue siendo muy elevado. Es de esperar que si el precio del dólar se mantiene cercano a los 3 pesos, los índices de inflación terminen agregando otro 70% a los aumentos de casi 70% que ya se acumularon desde diciembre de 2001.

A pesar de que los números que he mencionado hasta ahora pueden resultar de difícil interpretación para los lectores, el argumento que estoy haciendo es de sentido común. Algunas situaciones de la vida cotidiana quizá ayuden a entenderlo.

Tomemos el caso de los alimentos, la indumentaria, los artículos para el hogar y las maquinarias en general. Como muchos de ellos son productos de exportación, de sustitución de importaciones o, simplemente, importados, sus precios prácticamente se han triplicado. Es decir, son tan caros, en dólares, como lo eran en la época del 1 a 1. Si algunos aumentaron un poco menos de 200% es porque el gobierno impuso retenciones a las exportaciones y porque en la producción de bienes que sustituyen importaciones se utilizan insumos, como la mano de obra o el precio de la energía y los servicios públicos, que quedaron atrasados. Pero tan pronto desaparezcan estos atrasos, el precio de venta de todos aquellos bienes que aumentaron menos de 200%, subirán hasta ese nivel.

Algo parecido ocurre con el precio de las casas y departamentos ubicados en zonas ricas de las grandes ciudades. Sus precios han aumentado igual que el precio del dólar y, en algunos casos, incluso más. Esto es así porque la propiedad inmueble es una alternativa a la inversión financiera en todo el mundo, y mucho más en la Argentina, luego de la virtual expropiación de la riqueza financiera de sus ciudadanos que produjo la pesificación y la devaluación. El aumento del costo de la construcción y de los terrenos en barrios de menor calidad no ha sido tan alto como el de las casas y departamentos de lujo, pero la misma dinámica de la inversión en construcciones hará que el costo de la construcción y de los terrenos termine aumentando en general. Por eso, es común escuchar que, al menos para los sectores medios de la población, los salarios están 40% atrasados en relación con el precio de los inmuebles.

El precio de los servicios turísticos, para quienes nos visitan de afuera, también subió tanto como el precio del dólar. Esto ocurre con la tarifa de hoteles de cierta calidad para extranjeros y de los restoranes de lujo. Claro que las propinas les resultan más baratas y también consiguen algunas gangas si comen y compran en los mismos negocios que los argentinos. Pero esta ventaja para los turistas va a ir desapareciendo en la misma medida que los argentinos vean recomponer su poder de compra interno.

¿Quiénes son los beneficiarios de la devaluación hasta aquí? Ciertamente, los que producen y venden los bienes y servicios que han logrado subir tanto como el dólar, y aún pueden conseguir servicios públicos, servicios domésticos y algunos otros insumos a precios menores que los que se pagaban durante el 1 a 1. Sin duda, un rentista agropecuario o un empresario que sustituye importaciones que vive en Buenos Aires, tiene hoy un mejor nivel de vida, porque paga relativamente menos al personal doméstico que trabaja en su casa y tiene menores costos por los servicios privados de educación y salud. Pero la otra cara de la moneda es la gran cantidad de argentinos que resultaron perjudicados por la devaluación.

¿Quiénes resultaron perjudicados? Sin lugar a dudas los millones de hombres y mujeres que prestan servicios en la economía informal y los trabajadores de las empresas que, aún operando en la economía formal, no han podido actualizar el precio de los servicios que prestan, como es el caso de los docentes, profesionales de la salud y profesionales independientes en general. Además de los millones de jubilados y empleados públicos que aún no recibieron aumentos significativos.

Se suele argumentar que los que salieron perjudicados, gozan de todas maneras del beneficio de seguir pagando por el transporte público, la electricidad, el gas y las comunicaciones telefónicas las mismas tarifas en pesos que durante la convertibilidad. Pero esto es fruto de una distorsión que se pondrá de manifiesto en un desmejoramiento progresivo en la calidad de los servicios o en crecientes subsidios a cargo de quienes pagan sus impuestos.Todas estas situaciones de atrasos en los ingresos frente a los aumentos de precios provocados en forma casi inmediata por la devaluación del peso tendrán que irse revirtiendo, no sólo por una razón de justicia, sino como condición indispensable para que la economía pueda seguir funcionando normalmente.

Cada vez que aumente un salario o un precio de los que quedaron atrasados, se producirá algún aumento en las mediciones oficiales de la inflación, hasta que todos los aumentos acumulados se ubiquen en 200% de aumento del dólar desde enero de 2002.

Así descrito y explicado, la inflación que ya se produjo, más la que se observará en los próximos meses y años, puede parecer inofensiva. Al fin y al cabo, cuando todo haya aumentado como el dólar, volveremos a tener los ingresos per cápita, en dólares y en pesos ajustados por inflación, que teníamos en los noventa, es decir, del orden de 50% del ingreso per cápita de los españoles, algo mucho más justo y realista que 25% que tenemos ahora. Pero lamentablemente no es así, por el momento.

Tal como se está dando la discusión ideológica en la Argentina, desde el golpe institucional que tuvo lugar desde el 20 al 30 de diciembre de 2001, lo más probable es que antes de que se complete el proceso de reequilibrio de la economía argentina, con todos los precios y salarios aumentados a un ritmo parecido al del dólar, los nuevos profetas del «dólar alto», a los que mejor sería llamar «devalúomaníacos», habrán pregonado, y probablemente logrado, nuevas devaluaciones.

La consecuencia será para entonces no un proceso sostenido de estabilidad de precios, sino una inflación depredadora, cada vez más alta y crecientemente devaluadora,no sólo de la moneda,sino también de las aspiraciones y las esperanzas de los argentinos.Por eso es necesario volver a dar la batalla ideológica.

Cuando los argentinos comprendan que lo que pregonan bajo el título «dólar alto», no es otra cosa que «salarios bajos», para bienestar de unos pocos y la pobreza de muchos, es posible que los «devalúo-maníacos» comiencen a ser identificados como los verdaderos responsables de la pobreza y de la desesperanza. Mientras ello no ocurra, seguiremos enredados en la trampa en la que hemos caído.

No quiero dejar la impresión de que los argentinos deberíamos resignarnos a la inflación adicional implícita en la devaluación que se ha producido desde enero de 2002. Todo lo contrario. Si hoy los argentinos fuéramos capaces de descubrir la verdad detrás de tanta mentira y confusión, bastaría con restablecer las reglas de juego económicas de los '90, eliminar de cuajo los impuestos distorsivos, dejar flotar genuinamente la moneda y posibilitar el reequilibrio inmediato de la economía.

Se trataría de aquel proceso que los frigeristas llamaban de «sinceramiento», pero que ahora, con tipo de cambio genuinamente flotante y con las actuales circunstancias internacionales, podría dar lugar a un reajuste de precios relativos equitativo y eficiente, sin inflación. Claro que ello provocaría una caída del precio del dólar a 2,20 o, a lo sumo, a 2,40. Un pecado capital para los profetas del «dólar alto».

domingo, 17 de julio de 2005

VUELVO PARA LUCHAR CONTRA LA MENTIRA Y LA RESIGNACION

Sí, he decidido volver a mi Patria a luchar por mis ideas, desde la política. Tengo el propósito de reasumir mi liderazgo en Acción por la República y de buscar el voto para ser Diputado Nacional en las elecciones de Octubre.He adoptado esta decisión contra la opinión de gran parte de la dirigencia argentina, política, empresarial y sindical...y del periodismo. Muchos amigos me aconsejaron que no lo hiciera. Se que sus opiniones son bienintencionadas y se fundan en sus deseos de no verme sufrir en una lucha desigual y sucia. Pero, a pesar de ello, siento que es mi obligación volver, no sólo a mi Patria, sino a la política.Veo a la Argentina actual mucho peor que en cualquier momento de la década del 90. Incluso, mucho peor que en los meses más difíciles del 2001.Lo que más me lastima es la involución a niveles extremos de desorganización política, económica y social.Es lamentable ver como se predica resignación frente a la pobreza y la injusticia.Es alarmante ver la facilidad con que se engaña a la gente pobre y a los sectores medios de la sociedad.Es denigrante ver cómo los empresarios son cada vez más cortesanos y sólo buscan aprovechar redistribuciones de riqueza e ingresos a su favor, en lugar de invertir y preocuparse por aumentar la productividad.En el plano social, después de poner en marcha durante 2002 una maquinaria infernal, la pesificación-devaluación multiplicadora de pobreza, se predica la perpetuación de este mecanismo a través de la teoría del “dólar alto”, escondiéndole a la gente que ello significa ingresos reales muy bajos, particularmente para los mas pobres. Es imposible que los programas sociales, por más abarcativos y generosos que sean, puedan compensar siquiera en parte tanta injusticia. Pero además, los programas sociales siguen siendo tan clientelistas e ineficientes como en el pasado.En el plano económico no existe el menor intento para determinar reglas de juego claras y estables. No rige el estado de derecho. Todo es errático y arbitrario. Nadie puede predecir hacia que tipo de organización económica avanza la Argentina. En un clima semejante no debe sorprender que la inversión sea baja e ineficiente. Los empresarios sólo buscan ganar lo más posible en el corto plazo, mientras el “dólar alto” les permita pagar migajas por el trabajo y los servicios, porque saben que inexorablemente los precios relativos que los favorecen, en algún momento se van a revertir.En el plano político la confusión y la mentira están a la orden del día. El gobierno de Kirchner, posicionado ideológicamente en la izquierda del espectro político, es hijo no planeado de un matrimonio entre el Duhaldismo y el Alfonsinismo, que con el golpe institucional del 20 al 30 de diciembre de 2001 y la pesificación y devaluación de enero de 2002, provocaron la máxima desorganización política, económica y social de nuestra historia.El Presidente Kirchner, a pesar de haber aceptado la paternidad sin beneficio de inventario y de haber atribuido la recuperación económica, no a las favorables circunstancias internacionales, sino a Lavagna, el administrador de la maquinaria productora de pobreza que le endosaron Duhalde y Alfonsín, ahora decidió identificar a sus progenitores con la mafia y transformarlos en sus opositores. Pero mientras tanto, sigue dependiendo para el manejo cotidiano de la economía del candidato de Duhalde y Alfonsín a sucederlo en la Presidencia.Como si toda esta confusión ideológica y de intereses políticos fuera poco, Elisa Carrió, que apoyó entusiasmada el golpe institucional de diciembre del 2001 y las medidas aberrantes de Duhalde en el 2002, ahora quiere constituirse en la oposición al gobierno izquierdista de Kirchner... desde la izquierda. Y para conseguir votos pone el guiño a la derecha, llevándolo a Enrique Olivera como candidato a primer legislador en la Ciudad de Buenos Aires.Pero frente a este espeluznante entuerto izquierdista, por el momento no se vislumbra con claridad una alternativa superadora desde el centroderecha, el otro lado del espectro político. Los esfuerzos de López Murphy y Macri son meritorios, pero muy débiles. No tienen un discurso suficientemente claro ni una estrategia para incorporar y contener a mucha gente centrada del peronismo y el radicalismo y a otros dirigentes como Patricia Bullrich, Enrique Olivera y María Eugenia Estensoro, por mencionar sólo a unos pocos.Los discursos de López Murphy y Macri son muy suaves y timoratos. Es como si estuvieran acomplejados porque sienten que Duhalde, Kirchner y Lavagna fueron capaces de hacer un ajuste fiscal “ejemplar”, que nunca hicimos quienes estuvimos en el gobierno durante la década del 90. Este complejo tiene su origen en el gravísimo error de muchos economistas liberales u “ortodoxos”, así como de los funcionarios del FMI y de otros organismos internacionales, que elogian el manejo fiscal del terceto Duhalde-Kirchner-Lavagna. Están terriblemente equivocados.El manejo fiscal desde enero de 2002 fue desastroso y tendrá funestas consecuencias para el futuro del país.En lugar de bajar el gasto público en las magnitudes necesarias y por métodos transparentes, votados en el Congreso Nacional, echaron manos a la pesificación-devaluación inflacionaria, que provocó una caída del gasto en términos reales, brutal por su magnitud y por su injusticia. En lugar de cortar los gastos excesivos en burocracia y corrupción, o de bajar sólo los sueldos elevados, provocaron una caída generalizada de todos los gastos, preponderantemente los dedicados a la seguridad, la educación, la salud y las jubilaciones, y castigaron a todos los trabajadores públicos y privados de manera inhumana, particularmente a los que tenían remuneraciones más bajas.Para recaudar más impuestos, en lugar de perfeccionar la administración tributaria, echaron manos a los impuestos más distorsivos e injustos que se puedan imaginar. Mantuvieron el impuesto al cheque sin que sea un pago a cuenta por IVA y ganancias, con lo que alientan el uso de efectivo y la evasión. Eliminaron todas las rebajas o créditos relacionados con los impuestos al trabajo, con lo que acentuaron la brecha entre costos laborales y salarios de bolsillo. Recrearon las retenciones a las exportaciones. Cobraron el impuesto a las ganancias ficticias que la inflación introduce en los balances de las empresas, y, lo que es aún más injusto, mantienen sumamente bajo el mínimo no imponible para las personas físicas.Generaron un gran superávit fiscal para pagar servicios de la deuda, fundamentalmente al FMI y a otros organismos internacionales, pero con total desprecio por las ineficiencias e injusticias creadas por los métodos brutales que utilizaron para reducir el gasto y aumentar los impuestos. Sólo la miope visión del FMI, focalizada en el presupuesto de caja trimestral del gobierno, y la irresponsabilidad profesional de los denominados economistas ortodoxos que, obnubilados por el superávit fiscal, no prestan atención a enormes costos por ineficiencia e injusticia distributiva asociados a este manejo macroeconómico, puede llevar a elogiar el manejo fiscal del trío Duhalde-Kirchner-Lavagna.Las consecuencias futuras de este manejo macroeconómico son alarmantes. Habrá un rápido deterioro fiscal asociado a una feroz puja distributiva que revertirá los efectos iniciales de la devaluación, pero perdurarán los impuestos distorsivos y se multiplicarán los subsidios que deberán incorporarse al presupuesto para tratar de atemperar las injusticias creadas por el ajuste del 2002. Terminaremos con un déficit estructural del sector público argentino aún mayor que el que teníamos en la década del 90.Los líderes actuales del centroderecha, además de sentirse obligados a reconocer un supuestamente “responsable” manejo macroeconómico, sólo se animan a criticar el desaliento a la inversión en infraestructura y algunas otras cuestiones menores. Luego ponen mucho énfasis en criticar la conducta autoritaria y antirrepublicana del gobierno, crítica que es correcta, pero sobre la que Elisa Carrió tiene una voz mucho más aguda y penetrante, con lo que lo que ellos dicen pierde relevancia. Y prácticamente nada dicen sobre los ingresos reales bajos, especialmente para los más pobres, que resultan de la estrategia de “dólar alto”. Es como si se sintieran obligados a rendir pleitesía a los empresarios que se deleitan con las ganancias que obtienen a partir de la pobreza generalizada.Así como va, el centroderecha no logrará conformar una fuerza capaz de ganarle las elecciones a Kirchner en el 2007 ni en el 2011. En todo caso se las ganará el candidato del trío Duhalde-Alfonsín-Carrió, con las mismas intenciones y consecuencias que las del golpe institucional de diciembre de 2001. Pero eso será como salir de la sartén para caer en el fuego. ¡Dios nos libre!El centroderecha tiene que dejar de lado sus complejos ambientales y luchar por los pobres.No tiene que sonrojarse cuando explique que la devaluación y el dólar alto son herramientas para fabricar cada vez más pobres. Si se enojan los empresarios, peor para ellos. No se puede convalidar su avaricia y vocación por la vida cómoda sin hacer esfuerzos para invertir, crear empleos y aumentar la productividad.Tiene que criticar y ayudar a revertir el perverso ajuste fiscal que ha reducido el gasto en seguridad, educación, salud y seguridad social a sus mínimos valores históricos. Con los actuales sueldos de los policías, maestros, profesores, médicos y enfermeros, cada vez tendremos menos seguridad, educación más descuidada y peor salud. Con los jubilados se está recreando la misma deuda que dejó Alfonsín al final de su Presidencia.Al centroderecha no tiene que faltarle coraje para denunciar que el ajuste fiscal se hizo para pagarle al FMI una deuda que debió haberse refinanciado a largo plazo, con la misma quita que se impuso compulsivamente a ahorristas argentinos y bonistas extranjeros.El centroderecha no tiene porque temer que lo acusen de populista por sacarle la careta a Lavagna cuando, con gesto de serio, dice que los aumentos salariales son la causa de la inflación. ¡Qué caradura! cuando, por otro lado, llama “exitosa” a la devaluación del 2002 porque posibilitó la triplicación de muchos precios que pagan los trabajadores.El centroderecha no tiene que acomplejarse porque lo hagan responsable de la década del 90.Durante los 90 la gente vivió mucho mejor que ahora. Muchos argentinos pudieron equipar su hogar, viajar, comprar su auto y hasta su casa.Argentina recuperó prestigio en el mundo.Se construyó una formidable infraestructura.Los empresarios argentinos y extranjeros tuvieron que invertir y aumentar la productividad, porque se los exigió la competencia y las reglas impuestas a los que participaron en las privatizaciones.Había previsibilidad en materia de reglas de juego y nadie esperaba arbitrariades.¡Vivimos once años sin inflación, luego de cuatro décadas de sufrir inflación persistente, stanflación e hiperinflación!El centroderecha tiene que reconocer que hubo exceso de gasto público y endeudamiento, en particular en las provincias, empezando por la de Buenos Aires con Duhalde de Gobernador. También hubo mucha corrupción. Pero somos varios los dirigentes que hemos trabajado denodadamente para reducir el gasto público y para erradicar la corrupción. Y los que ahora nos quieren hacer responsables de la crisis financiera del 2001 fueron los campeones del gasto improductivo, del endeudamiento irresponsable con el sistema bancario argentino y de la corrupción en la década del 90.Pero, ¿si tengo claro qué es lo que tendrían que decir López Murphy y Macri, porqué no salgo a decirlo yo? Pues ésa es precisamente la razón por la que me siento obligado a regresar a mi Patria y volver a la política.Algunos piensan que, al alertar a Kirchner de las inconsistencias entre su prédica izquierdista y la desorganización política, económica y social que resulta de la acción del trío Duhalde-Alfonsín-Carrió, le estoy haciendo un servicio al Gobierno. En todo caso le estaría haciendo un servicio al País. Porque no nos vendría mal a los argentinos que Kirchner deje de comportarse como un izquierdista infantil que no entiende la realidad económica y social de su Pueblo, para transformarse en un dirigente moderno de centroizquierda, cómo los que gobiernan y gobernaron en Chile, en Brasil, en Uruguay, y en muchos países maduros.Sería una irresponsabilidad de mi parte ver que hay tanta confusión y tanta mentira y no salir al ruedo a clarificar y decir la verdad. Un pueblo engañado será también un pueblo resignado. ¡Y los argentinos no nos debemos resignar!

sábado, 11 de junio de 2005

LA DEVALUACION DE LAS ASPIRACIONES

El e-mail que me envió un joven empresario argentino, que es muy buen amigo y apoyó mi gestión pública, me obligó a escribir sobre la devaluación de las aspiraciones de los argentinos, un tema que me angustia desde mediados de 2002. Es posible que otros lectores tengan las mismas inquietudes que mi amigo. Por eso, sin nombrarlo, transcribo su e-mail y mi respuesta.

El e-mail que recibí dice así:

"Hoy leí tu artículo sobre la actuación del FMI durante esos ajetreados años.Sin duda esclarecedor y estamos de acuerdo en que el resultado final de toda esta espantosa historia ha sido desastroso para Argentina, y que la tal quita en la deuda es una payasada..... ahora debemos más que antes aunque a mayor plazo y menor tasa, pero esos "resultados" no justificarían de ningún modo los costos incurridos. Pero también hay algo que es una realidad y te lo cuento desde la vivencia cotidiana como empresario argentino (ahora por suerte expandido al resto de Latinoamérica).

""Durante los últimos años de la convertibilidad clavada en el 1 a 1 (para mí el único error, ya que luego de los exitosos e históricos primeros años habría que haber modificado la paridad de esa conversión sin abandonar el sistema ni romper las reglas para no permitir la desaparición de la industria local), los costos en Argentina se habían ido a las nubes. Yo necesitaba vender cientos de miles de dólares por mes y con altos márgenes de rentabilidad solo para cubrir sueldos y gastos. Estábamos totalmente fuera de la lógica con costos más altos que cualquier pais desarrollado no pudiendo compararnos ni de lejos con ellos."

"Hoy en día, luego de este amargo e injusto proceso, la realidad es que con esta paridad altísima la cual sin duda redujo salvajemente el poder adquisitivo anterior..... la industria funciona, crece y exporta como nunca..... el comercio prospera gracias a los bajos costos en dólares que se cubren con ventas muy inferiores y por lo tanto con un capital en giro y un riesgo general mucho menor, y por lo tanto sin tener que requerir al endeudamiento bancario... y es por eso que nadie pide crédito. Además, hoy todos pagan al contado con lo cual dejamos de ser banqueros a la fuerza.... toda una depuración."

“ES LA ARGENTINA UN CASO TIPICO DE FRACASO DE LAS RECOMENDACIONES DEL FMI?”

El título de este artículo no me pertenece. Lo tomé de un cuestionario que me envió una periodista acreditada ante el Ministerio de Economía. Ella está haciendo una investigación sobre el papel jugado por el FMI en las decisiones de política económica adoptadas por la Argentina en los últimos 15 años. Me parece interesante reproducir, para mis lectores, la descripción de los hechos que hace la periodista, antes de formular las preguntas, y los comentarios que yo me sentí obligado a realizar, antes de dar mis respuestas. La descripción de la periodista y sus preguntas aparecen a continuación, en negritas y entre comillas. Mis comentarios y respuestas aparecen intercalados entre esos párrafos.“Durante los años 90, la Argentina fue considerada el alumno ejemplar del FMI, porque implementó la mayor parte de las políticas sugeridas por esa institución.”No es verdad que las políticas implementadas durante los 90 fueron sugeridas por el FMI. El FMI apoyó, sin entusiasmo al principio y con mucho entusiasmo después de que Argentina superó la Crisis Tequila, las políticas diseñadas por nosotros, en Argentina.“Pero al final de 2001, el País sufrió una gran crisis que llevó al Default de su deuda pública, a una caída del 10.9% en el PBI en 2002 y dejó a la mitad de su población bajo la línea de pobreza.”“Cuando la Argentina suspendió los pagos, el FMI recomendó medidas tales como la libre flotación cambiaria y un fuerte superávit fiscal. El Gobierno Argentina no estuvo de acuerdo porque pensó que esas medidas llevarían a la hiperinflación, profundizaría la depresión y empujaría a más argentinos a la indigencia.”En líneas generales, lo que hizo Argentina desde el 20 de diciembre de 2001 hasta que asumió Kirshner fue lo que el FMI quería y sugería, salvo detalles de implementación.Cuando el FMI anunció que no haría el desembolso correspondiente a noviembre de 2001, de hecho quitó apoyo al proceso de reestructuración ordenada de la deuda que había comenzado el 1 de noviembre de 2001 y que había permitido transformar 55 mil millones de dólares de bonos y préstamos bancarios a altas tasas de interés en un préstamo garantizado con una tasa máxima de 7 % anual con alargamiento de 3 años en todos los plazos de vencimiento. Esto significaba una reducción de la factura anual de intereses de 4 mil millones de dólares.El FMI consideró que el Préstamo Garantizado significaba un tratamiento más favorable a la deuda con los fondos de pensiones y los acreedores argentinos que la que se daría a los tenedores de bonos del exterior, que habían decidido no participar en el Préstamo Garantizado. Por esta razón empujaron a la Argentina al Default, tanto de la Deuda Externa en bonos como de la Deuda interna , en bonos y en prestamos bancarios. El Default de la Deuda Externa (que a esa altura era solo de 42 mil millones de dólares, dado que el resto se había transformado en el Préstamo Garantizado) fue decidido por Rodrigues Saa. Pero el Default de la Deuda Interna (el denominado “Préstamo Garantizado”, por aproximadamente, 55 mil millones) fue decidido por Duhalde a través de la Pesificación combinada con Devaluación y reducción compulsiva de la tasa de interés del Préstamo Garantizado de 7 a 4%.Rodrigues Saa y Duhalde hicieron lo que el FMI habia buscado al quitarle el apoyo a la reestructuración ordenada de la deuda que habíamos iniciado el 1 de noviembre de 2001.El FMI, además de la Pesificación y la Devaluación, quería la libre flotación del Peso, cosa que consiguió en pocas semanas. Duhalde decidió la libre flotación. Desde febrero de 2001 hasta mayo del 2003, el manejo cambiario y fiscal estuvo en línea con lo que quería y recomendaba el FMI, salvo las intervenciones circunstanciales, vendiendo o comprando dólares que decidió el Banco Central, pero que no alteraron substancialmente el curso de la cotización del Peso. La hiperinflación se evitó con el estricto control del gasto público, fundamentalmente sueldos y jubilaciones, que cayeron, en términos reales, alrededor del 30 %. Esto era lo que recomendaba el FMI, así que mal puede decirse que el Gobierno evitó la hiperinflación por no seguir los consejos del FMI.“Sin seguir las recomendaciones del FMI y sin ayuda externa, la Argentina consiguió altas tasa de crecimiento económico (su PBI creció 8.8 % en 2003 y 9 % en 2004), logró mantener baja la inflación (el índice de precios subió 3.7 % en 2003 y 6.1 % en 2004), fue capaz de mantener un elevado superávit fiscal (5.5% del PBI en el 2004) y bajó la tasa de desempleo (desde 20.4 % de la población económicamente activa en el primer trimestre de 2003 al 12.1 % en el cuarto trimestre de 2004)”Es obvio que la causalidad que se pretende establecer entre “sin seguir las recomendaciones del FMI y sin ayuda externa” y el crecimiento con estabilidad desde 2003, es una típica falacia de composición“El Gobierno Argentina cree que el FMI dio malos consejos a la Argentina. ¿Usted está de acuerdo?”Hay que distinguir entre el apoyo que brindó a las políticas del 90 y las decisiones que adoptó a partir de noviembre de 2001. El apoyo era lo que correspondía, dado que en 1991 la Argentina había decidido implementar un plan propio, apoyado por la mayor parte de la población y del espectro político y que permitió eliminar no sólo la hiperinflación sino también la inflación crónica que Argentina había sufrido durante 40 años. Además, durante 8 años, ese plan permitió el crecimiento económico y revirtió de inmediato el efecto contagio de la crisis Tequila. Si el FMI no hubiera apoyado estas políticas habría faltado a su obligación institucional.El gran error del FMI fue quitar el apoyo al proceso de reestructuración ordenada de la deuda que se había iniciado el 1 de noviembre de 2001 y que hacia fines de ese mes ya había permitido refinanciar a tasas de interés mucho más bajas alrededor de 55 mil millones de dólares. Todo lo que ocurrió en Argentina desde el 20 de diciembre de 2001 hasta mayo del 2003, fue consecuencia de ese error del FMI y de las políticas que no sólo sugirió, sino que consiguió que Duhalde implementara.“En su origen el FMI y las organizaciones multilaterales fueron creadas para asistir a los países en su proceso de desarrollo. ¿Usted piensa que el FMI logró estos objetivos con sus recomendaciones?”“En relación a su respuesta anterior, ¿cree usted que el rol del FMI debería ser redefinido?”El FMI fue creado para ayudar a los países a resolver crisis de pagos al exterior, no para asistir a los países en su desarrollo. Esta última es en todo caso la misión del Banco Mundial y del BID. El FMI ayudó, como correspondía, a resolver una crisis de pagos en los primeros años de los 90, a través del Plan Brady, y nuevamente en 1995, cuando la crisis Tequila, pero no cumplió con su misión en el 2001, cuando después de haber aprobado el Blindaje en diciembre de 2000 y su aumento, en agosto del 2001, abandonó a la Argentina en medio de un proceso de reestructuración ordenada de la deuda, en diciembre de 2001. Fue en este momento que indujo al País a adoptar las peores decisiones de su historia económica: el Default, La Pesificación y la Devaluación.“Argentina declaró el default sobre su deuda pública y luego de tres años de suspensión de pagos consiguió una quita del 65 % que aceptó el 75 % de los tenedores de bonos. ¿Usted cree que otros países seguirán el ejemplo de Argentina?”Yo no creo que otros países vayan a seguir el ejemplo de Argentina. La próxima vez que el FMI empuje a un País al Default, La Pesificación y la Devaluación, la dirigencia política de ese País verá en el espejo de la Argentina las terribles consecuencias de esas malas decisiones. De hecho, El Presidente Lula en Brasil, en enero de 2003, decidió hacer todo lo contrario a lo que había hecho Duhalde luego de su asunción, para que Brasil no sufriera en aquel año lo que Argentina había sufrido en 2002.Además, cualquier analista serio sabe que la quita que Argentina consiguió para su deuda apenas alcanza a compensar todo el aumento de la deuda que se originó en las compensaciones a bancos y ahorristas por la Pesificación, sin contar con todos los pasivos eventuales que se derivan de los juicios de los bonistas que no aceptaron el canje y de las empresas privatizadas ante el CIADI. Los resultados para argentina de todo el proceso de reestructuración “desordenada” de su deuda, tal como lo quiso y consiguió el FMI, ha sido un desastre para la Argentina. Ningún país serio va a seguir este mal ejemplo“Puede haber una caída en el flujo de fondos a las economías emergentes como consecuencia del efecto contagio de las políticas de deuda que siguió Argentina desde fines de 2001?”Por la misma razón explicada al responder la pregunta anterior, no hay ningún peligro de efecto contagio derivado de la forma desastrosa como Argentina encaró la reestructuración de su deuda a apartir del 20 de diciembre de 2001.

lunes, 30 de mayo de 2005

LA UIA Y SU ILUSIÓN CAMBIARIA

La Unión Industrial Argentina piensa que la subvaluación permanente de la moneda va a resolver el problema de competitividad y va a asegurar un crecimiento sostenido de la economía. Si el Gobierno persevera en la política de tratar de compensar los factores reales que le quitan competitividad a la industria argentina con la devaluación permanente del peso, el resultado será el opuesto al deseado. La industria será cada vez menos competitiva como consecuencia del costo creciente del capital y de la falta de inversión necesaria para la incorporación de tecnología. La única formula genuina de aumento de la competitividad es la que daba fundamento al Plan de Competitividad de 2001 y que, lamentablemente, se borró de un plumazo en diciembre del mismo año, cuando desde el propio sector industrial se impulsó el abandono de la convertibilidad.Los determinantes de la competitividad de la economíaLa competitividad de la producción industrial que resulta de subsidios permanentes a pagar por otros sectores de la economía no es sostenible en el mediano y largo plazo. La experiencia Argentina demuestra que los sectores que son obligados a subsidiar a otros terminan transformándose en proveedores cada ves más onerosos de los bienes y servicios que deben aportar al proceso productivo.Ya se está viendo con el gas natural y se verá muy pronto con la electricidad. La política de congelamiento arbitrario de sus precios y tarifas lleva a un proceso de desinversión que provoca escasez. Como el Gobierno trata que los consumidores residenciales sigan pagando los precios bajos, el resultado es un precio libre para el usuario industrial mucho más elevado, en términos de dólares, que el que pagaban antes del congelamiento. Lo mismo ocurrirá con el transporte y con la producción de hidrocarburos y materias primas agropecuarias.En el caso de los hidrocarburos y la producción agropecuaria, aún no hay desinversión porque los precios internacionales de esos productos están altos y los productores aún gozan del mejoramiento patrimonial que les produjo la pesificación de las deudas. Pero estos dos fenómenos son transitorios, mientras que las retenciones a las exportaciones, que bajan sus precios de manera permanente, terminarán desalentando la inversión. De ahí a la escasez hay un corto trecho. Y escasez significa necesariamente aumento de precios, o, lo que es lo mismo, aumento de costos para las industrias que utilizan a los hidrocarburos y a las materias primas agropecuarias como insumos.La competitividad industrial, como la competitividad de toda la economía, depende de la tecnología, del costo de la mano de obra y del costo del capital. Para un determinado nivel tecnológico, están predeterminados los insumos físicos, tanto de trabajo como de capital. Si aumenta el costo del trabajo o aumenta el costo del capital disminuye necesariamente la competitividad. Hay aumento de competitividad cuando una tecnología más avanzada permite reducir el requerimiento de insumos físicos por unidad de producto de tal forma de compensar en exceso el aumento de los costos unitarios de ambos insumos. Pero el avance tecnológico depende de la nueva inversión. En definitiva, manteniéndose todas las demás variables inalteradas, el aumento de la competitividad será consecuencia de la nueva inversión.La devaluación de enero de 2002 produjo aumento de competitividad?Sí, pero transitorio y reversible. De hecho, ya se está revirtiendo y, de persistir las políticas que apoya la UIA, los niveles de competitividad terminarán siendo inferiores a los de la década del 90.El aumento de competitividad del que gozó la industria durante los últimos tres años provino de la baja significativa del costo de la mano de obra y de enormes subsidios pagados por los sectores de la energía, los transportes, las comunicaciones, los ahorristas argentinos y los acreedores del exterior. Ninguno de estos factores se mantendrá en el tiempo y, de hecho, varios de ellos ya se han revertido.En los próximos meses el salario mínimo se ubicará en 630 pesos, es decir alrededor de 210 dólares. Se trata del mismo salario mínimo en dólares de la década del 90. Será muy raro que este aumento del salario mínimo no termine reflejándose en toda la pirámide salarial. Es sólo una cuestión de tiempo.Los precios en dólares del gas natural y de la energía eléctrica para uso industrial ya se ubican por arriba de los niveles que tenían en los 90 y, en la medida que se siga subsidiando al consumidor residencial, el precio libre para los usos no residenciales sólo tenderá a subir, nunca a bajar. Algo parecido ocurrirá con los transportes y las comunicaciones.Las materias primas provenientes de los recursos naturales dejarán de ser mas baratas que en el exterior tan pronto como el Gobierno se vea obligado a eliminar las retenciones a las exportaciones para frenar un proceso de desinversión en esos sectores, que se hará evidente cuando se normalicen los precios internacionales de las materias primas.El subsidio financiado a partir de la expropiación de ahorros internos y externos es, necesariamente, un fenómeno acotado en el tiempo. Será muy difícil que haya ahorristas argentinos o extranjeros dispuestos a dejarse atrapar nuevamente en el corralón.Pero además de la reversión de estos factores transitorios de aumento de competitividad, quedarán importantes efectos negativos derivados de cambios de políticas que disminuyen la competitividad de manera permanente.Las causas permanentes de deterioro de la competitividad.El aumento de los impuestos al trabajo, lo mismo que las interpretaciones judiciales recientes de las leyes laborales y previsionales, constituye un factor de deterioro de la competitividad que se proyecta como permanente.La desinversión en sectores de infraestructura económica y el consecuente aumento de los costos para un mismo nivel de calidad de prestación de los servicios es otro factor de deterioro de la competitividad que se va a mantener por mucho tiempo.Las dificultades crecientes que encontrarán las empresas para financiar la nueva inversión como consecuencia del menor ahorro interno y externo dispuesto a transformarse en financiamiento de mediano y largo plazo impedirán la introducción de adelantos tecnológicos. En un mundo competitivo, el atraso tecnológico relativo es un factor de pérdida permanente de competitividad.Porqué la devaluación monetaria permanente no podrá revertir este proceso?Surge de las expresiones de las autoridades de la UIA que ellos esperan que la devaluación permanente de la moneda, a la que denominan "mantenimiento de un tipo de cambio realista", permita compensar estos factores de deterioro permanente de la competitividad. Pero ello requeriría una aceptación pasiva de los trabajadores y de los ahorristas internos y externos de la desvalorización de sus ingresos y de su riqueza. Es imposible que esto se dé hacia el futuro si las devaluaciones son previsibles porque forman parte de la nueva política. Sólo cuando la devaluación es grande e inesperada puede lograrse que, por un tiempo, los salarios reales y los ahorros se mantengan devaluados. Pero ese no será el caso de las devaluaciones permanentes para "mantener un tipo de cambio realista". Los sindicatos incorporarán la expectativa de devaluación y de inflación en sus demandas salariales y los ahorristas sólo aceptarán tasas nominales de interés más altas. El resultado no será el aumento de la competitividad sino mayor inflación. Este fenómeno, como todo elemento que aumenta el grado de incertidumbre, tendrá necesariamente un efecto adicional negativo sobre la competitividad.La soluciónLa solución a este gravísimo problema que afectará a la industria en un futuro no muy lejano no será otro que la vuelta a las ideas que dieron nacimiento al Plan de Competitividad de 2001. Habrá que remover impuestos y regulaciones distorsivas, en particular las que elevan el costo de la mano de obra y del capital sin mejorar ni la retribución de los trabajadores ni la de los ahorristas. Sólo entonces podrá aumentar la nueva inversión capaz de incorporar adelantos tecnológicos y permitir un proceso permanente de recuperación de la competitividad. Pero para que eso ocurra, la UIA debería dejar de estar confundida por la ilusión cambiaria. Ojalá lo logren pronto, porque si ello no ocurre, como los trabajadores y los ahorristas ya no tienen ilusión monetaria, la ilusión cambiaria de la UIA, en la medida que influya en las políticas públicas,sólo significará mayor inflación.

domingo, 29 de mayo de 2005

CAVALLO SIGUE EN POLÍTICA DE LA MANO DE LOS JÓVENES

Para demostrar que mantiene su decisión de convertirse en referente del debate político nacional, Domingo Cavallo eligió a la juventud de su Partido, Acción por la República. Ayer compartió un extenso desayuno con los jóvenes seguidores que, dos meses atrás, le propusieron sumarse a la campaña porteña con su propia candidatura. El diario La Nación cubrió el encuentro, publicando una nota en su edición de hoy, bajo el título "Desayuno con sabor a política". Entre su contenido, se destacan los siguientes comentarios: No hubo caras tristes, reproches ni lamentos por lo que pudo ser. La docena de jóvenes seguidores de Domingo Cavallo que ayer lo aguardaba para desayunar en una confitería frente a la cancha de River Plate estaba más preocupada por la situación del país y por su futuro que por la campaña electoral. Hacía menos de 24 horas que se habían enterado de la decisión de Cavallo de renunciar a su candidatura a diputado nacional por la Capital de Acción por la República, el partido que fundó en 1997. La pelea interna con su antiguo delfín político, Guillermo Francos, había sido decisiva para abandonar la pelea electoral…Sus jóvenes seguidores también tenían en claro la difícil perspectiva, pero prefirieron destacar el gesto de Cavallo de renunciar por no poder llevar a la Legislatura porteña a los jóvenes en los quienes confía. "Yo quiero agradecer su gesto. Ahora que ya no estamos en campaña, tenemos que pensar en el partido y en las ideas que le podemos ofrecer al país", le dijo Rodrigo Goñi, mientras que los demás compañeros de ruta asentían con la cabeza. Los jóvenes, entre quienes se contaban buena parte de los candidatos a legislador no encontraron un Cavallo triste. Enfrentaron a un hombre contento por haber logrado el fin que perseguía desde 2002: "Quería reinsertarme en la política. Los medios me trataron muy bien y la gente también, pero enfrenté obstáculos en mi propio partido". Además de escuchar a sus jóvenes, destacó la experiencia de Lucas Marisi, justicialista independiente, de 22 años, que intenta superar los escollos de la vieja política.Vea la nota completa publicada por La Nación en: http://www.lanacion.com.ar/741794

viernes, 20 de mayo de 2005

A LOS JUBILADOS LES CORRESPONDE UN AUMENTO ADICIONAL DEL 25 %

De acuerdo a la Ley de Solidaridad Previsional de 1995, los Jubilados deberían estar cobrando una jubilación media de 570 pesos mensuales y apenas están recibiendo 460. Para cumplir con aquella ley, el Gobierno debería otorgar un aumento promedio del 25 %.Esto surge claramente del artículo de IDESA titulado "La Corte no puede resolver el problema de los jubilados", que sorprendentemente no tuvo repercusión periodística. Alli se muestra el cuadro que aparece al final de este comentario.El régimen legal vigente es fruto de las leyes jubilatorios anteriores a la sanción de la ley de convertibilidad, con las modificaciones que introdujo la Ley de Solidaridad Previsional de 1995. Este régimen legal, con la interpretación que hizo la Justicia durante los años 90, permitió un aumento sostenido de la jubilación media desde alrededor de 350 pesos en 1991 a 530 pesos mensuales en 2001.La Ley de Solidaridad Previsional estableció un régimen de movilidad compatible con el equilibrio fiscal, y por ende, totalmente financiable sin provocar inflación. Este requisito es muy importante, porque la principal causa de deterioro de las jubilaciones es la inflación. Basta recordar que el golpe inflacionario resultante de la fuerte devaluación monetaria de 2002 produjo un descenso de las jubilaciones, en términos de poder adquisitivo constante, desde los 530 pesos en 2001 a 390 pesos mensuales a fines de 2002.La movilidad establecida por la Ley de Solidaridad Previsional obliga al Poder Legislativo a dar aumentos jubilatorios anuales en la misma proporción en que aumentan los ingresos del Sistema de Seguridad Social. Si el Poder Legislativo hubiera obrado en consecuencia, debería haber dispuesto el aumento del 25 % al sancionarse la Ley de Presupuesto para 2005. Pero no lo hizo, probablemente como forma de asegurar que el Sistema de Seguridad Social genere un superávit fiscal.La sustracción de 3.300 millones de pesos anuales a los jubilados, aún cuando puede contribuir a la generación del superávit fiscal actual, tendrá graves consecuencias fiscales futuras. Seguramente, los Jubilados reclamarán ante la Justicia y ésta deberá reconocerles el derecho, no sólo al reajuste de sus jubilaciones, sino también a la diferencia entre lo que deberían haber cobrado durante los años anteriores y lo que efectivamente cobraron. Esto ya ocurrió en 1992 como consecuencia de que a lo largo de la década del ochenta, en especial durante la hiperinflación de 1988 y 1989, los haberes jubilatorios pagados estuvieron muy por debajo de lo que establecían las leyes en vigencia. Fue por eso que el Poder Legislativo debió autorizar la emisión de Bocones por casi 18 mil millones de pesos (de entonces) y de esa forma cancelar la deuda pendiente con los jubilados.Además de este seguro efecto fiscal desestabilizante hacia el futuro, la injusticia que significa la falta de aplicación de la movilidad dispuesta por la Ley de Solidaridad Previsional, seguramente influye en el ánimo de los jueces cuando estos deben pronunciarse sobre reclamos anteriores a aquella Ley. En lugar de mantener el criterio convalidante de las reformas a las leyes previsionales anteriores a los 90s, que permitieron el aumento de las jubilaciones en un contexto de estabilidad de precios y completa eliminación de la inflación, la Corte Suprema de Justicia está revisando sus fallos anteriores e imponiendo criterios de movilidad de las jubilaciones que harán imposible el mantenimiento de la estabilidad monetaria..Los perjudicados volverán a ser los jubilados, aunque ahora aparezca la Corte Suprema siendo muy generosa con ellos. La razón es muy simple: cuando además de los aumentos que legítimamente les corresponden a todos por la ley de Solidaridad Previsional, les concedan aumentos adicionales a los jubilados que reclamaron la revisión del criterio jurisprudencial anterior, el Sistema Previsional volverá a producir un fuerte déficit fiscal, que indefectiblemente terminará en alta inflación.Si el Poder Legislativo vota el aumento a los jubilados que corresponde según la ley de Solidaridad Previsional, será más factible lograr que la Corte Suprema de Justicia mantenga criterios realistas, los únicos capaces de ayudar a los jubilados a cobrar una jubilación digna que no se evapore con la inflación.

domingo, 15 de mayo de 2005

LA CORRUPCION QUE NO SE INVESTIGA

La entrevista que me hizo Alberto Armendariz fue muy larga. Y es natural que La Nación no la haya publicado completa. Aprovecho esta oportunidad para trasmitir a ustedes algunos comentarios que hice al periodista y que no quedaron registradas en el reportaje publicado.

Por ejemplo, cuando Alberto Armendariz me preguntó cómo me siento después de haber sido demonizado en la Argentina, yo le contesté lo que figura en la nota bajo el título "A mi me han demonizado los medios de comunicación". Luego de aludir que ahora quieren demonizar a la gente que trabajó conmigo, agregué la siguiente descripción de la labor de mis colaboradores: "Se trata de personas que durante cinco a siete años trabajaron entre 10 y 15 horas por día, incluso muchos sábados y domingos y que dejaron jalones de sus vidas para servir al país. En los primeros años cobraban sueldos de no más de 2000 pesos, cuando antes, trabajando en el sector privado, habían logrado asegurar un nivel de vida digno a sus respectivas familias. Si no fuera por el reconocimiento de gastos protocolares, no podrían haber dejado sus anteriores ocupaciones para trabajar en la transformación de la Argentina. Por eso es infame que ahora se los indague como imputados por haber cumplido con su obligación de incluir ese reconocimiento de gastos en sus declaraciones ante la DGI".

Cuando expliqué que mi demonización y los escraches a que estuve sometido eran resultado de las campañas mediáticas, consideré importante dar un ejemplo ilustrativo. "A principios de 2002, el Diario Clarín publicó una nota describiendo un escrache frente a la casa de mi madre, en San Francisco. El escrache nunca se había producido, pero me enteré que camarógrafos de TN y Canal 13 habían estado ese día en San Francisco, incitando a los vecinos que se reunían en el centro de la ciudad para manifestar frente a los bancos, para que fueran a escrachar frente a mi casa paterna. Los vecinos de San Francisco rechazaron la sugerencia, pero como la nota periodística había sido escrita con anterioridad, se olvidaron de omitir su publicación. Era claro que el frustrado escrache frente a la casa de mi madre había sido organizado por periodistas de Clarín".

Luego de preguntarme si estoy en contacto con Menem y de recibir la respuesta con que concluye el reportaje publicado, Alberto Armendariz me pidió detalles sobre las cifras globales del sistema de reconocimiento de gastos protocolares en comparación con las magnitudes de los hechos de corrupción que según mi opinión no estaban siendo adecuadamente investigados. Mi respuesta fue la siguiente: "No he hecho cálculos prolijos, pero recuerdo cifras que acabo de releer en un artículo de Marcelo Zotlogwiasda de febrero de 1993. Allí él habla de 6.350.000 anuales como costo del sistema de reintegro de gastos protocolares, pero hace el cálculo con montos mensuales algo inferiores a los reales. Un cálculo mental rápido me permitió aumentar esa cifra a 10 millones por año. Así que se trataría de 40 millones para el período de cuatro años. Sin duda, mucho menos de los casi 1.000 millones que según he leído en los diarios, serían los gastos de la SIDE por arriba de lo normal, durante el decenio de Menem.

En todo caso deberían citar a dar explicaciones a los responsables de administrar esos fondos. El Ministerio de Economía nunca tuvo partidas de gastos secretos, porque según la ley 18302 sólo correspondían a los organismos encargados de la Seguridad. Y, en tren de comparar cifras, hasta los gastos secretos de la época de Menem empalidecen frente a la magnitud de las transferencias de riqueza desde los depositantes hacia las empresas endeudadas y desde los ingresos de los trabajadores y jubilados hacia los productores de bienes exportables que produjo la devaluación-pesificación en el 2002. Los diarios en aquella época estaban demasiado ocupados en hacer lobby por la ley que proteje a las empresas culturales como para advertir que en estas transferencias salvajes de riqueza e ingresos, de muchos miles de millones de pesos, se podían esconder escandalosos actos de corrupción."

Finalmente Alberto Armendariz me preguntó cuál era mi opinión sobre la evolución de la corrupción a lo largo de los últimos diez años. Más específicamente, si la corrupción había aumentado o disminuido. Mi respuesta fue la siguiente:"Yo no tengo elementos para hacer una medición propia. Pero acabo de leer un informe del Banco Mundial sobre la "calidad de gobierno" en un gran número de países y su evolución entre 1998 y 2004. Allí se mide, entre otras cosas, la magnitud de la corrupción. Para Argentina los índices muestran un gran desmejoramiento. Pero me dá la impresión, que la magnitud de las transferencias de riqueza y de ingresos que provocaron las medidas de Duhalde en 2002 constituyen el determinante fundamental de esta tendencia. Por eso, sorprende mucho que la posible corrupción de ese año, esté ausente en la discusión mediática de la Argentina".

Aunque entiendo que estas respuestas mías a interrogantes del periodista hubieran ocupado mucho espacio en una edición dominical de La Nación, he querido transcribirlas en esta página, para que mis lectores no queden con la sensación de que acepté un reportaje para hablar sólo de lo que desde el vamos me pareció un tema poco relevante.

En realidad, acepté el reportaje porque me angustia que, en lugar de investigar la verdadera corrupción, en la Argentina los jueces y fiscales dediquen su tiempo a indagar a los integrantes de mi equipo económico, por el sólo hecho de no haber omitido en sus declaraciones impositivas la percepción de un recupero de gastos protocolares, que no hacía más que reparar la injusticia que significaban sus muy bajos sueldos.

UNA BUENA LABOR PERIODISTICA

Ayer hice una advertencia a mis amigos, los lectores de esta página, con motivo del adelanto publicitario sobre la entrevista que el día anterior me había hecho Alberto Armendariz. Esta mañana, cuando leí el reportaje en La Nación [Ver nota 1] [ Ver nota 2], quedé satisfecho con la labor del periodista y su medio. Nobleza obliga. Reconozco que mis dudas del sábado se originaron en mi insatisfacción por el tratamiento periodístico anterior del tema de la lucha contra la corrupción y no en el comportamiento de Alberto Armendariz, que una vez más actuó con gran profesionalidad.

sábado, 14 de mayo de 2005

GANCHO PUBLICITARIO O TERGIVERSACION DE UN REPORTAJE?

Mañana lo sabremos.

Esta mañana Sonia, mi esposa, atendió insistentes llamados de la periodista de Clarín, Silvia Naishtat, que quería que yo le concediera un reportaje como el que el día anterior le había concedido a La Nación. Ante la sorpresa de Sonia, que no sabía nada del asunto, Silvia le dijo que la Nación lo estaba publicitando y había anunciado que lo publicaría mañana. Le dijo además que La Nación anunciaba que yo había involucrado a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia en el tema de los “sobresueldos”.

Luego de esa llamada tuve que explicarle a Sonia porqué había concedido el reportaje a Alberto Armendariz de la Nación. Y porqué se lo negaba a Silvia Naishtat de Clarín. Como probablemente todos mis amigos y lectores se harán la misma pregunta, decidí responderla a través de esta página. Y de paso dejo planteado el interrogante que encabeza esta nota, por las razones que explicaré de inmediato.Hace aproximadamente 8 o 9 días, casi a la misma hora, recibí llamadas telefónicas de Alberto Armendariz y Silvia Naishtat, pidiéndome sendos reportajes. A ambos les respondí exactamente lo mismo: que por el momento sólo me comunicaría a través de mi sitio en la Web y que si en el futuro decidía aceptar un reportaje para la prensa escrita, les avisaría. Mientras Alberto Armendariz mantuvo nuestro diálogo telefónico en privado, Silvia Naishtat lo publicó en Clarín, algo retocado, como si yo le hubiera concedido un reportaje.Cuando a mediados de esta semana decidí que debía decir algo a través de la prensa escrita, es natural que haya elegido la vía del periodista que respetó la privacidad de nuestra conversación telefónica. Esa es la razón, y ninguna otra, por la que le concedí el reportaje a Alberto Armendariz de La Nación.Pero debo reconocer que el anuncio publicitario publicado hoy en La Nación me ha sorprendido. Nada tiene que ver con el contenido de mi diálogo con Alberto Armendariz. Por de pronto, durante el reportaje me negué a hablar del tema “sobresueldos en la época de Menem” para poder hablar de la transparencia como antídoto a la corrupción en todos los gobiernos .Y, porque además, yo nunca pagué ni cobré “sobresueldos”.Me referí sí al sistema de reintegro de gastos protocolares que entre 1991 y mediados de 1994 tuvo como fuente de recursos a la ley 18302, pero que luego pasó a financiarse del presupuesto ordinario, sin secreto de por medio, conforme lo dispuso el decreto 838 de 1994. Por supuesto, no dije nada distinto a lo que ya había escrito en mi página el domingo anterior.No di ningún monto ni cifra nueva, salvo confirmar la mención del límite de 6.500 pesos mensuales que había mencionado antes.Para contestar una pregunta sobre el monto global a que podría haber ascendido el sistema de reintegro de gastos protocolares, recordé una cifra que había leído en el artículo de Marcelo Zlotogwiazda, publicado el 18 de febrero de 1993, y que yo reproduje en este sitio la semana pasada. Es obvio que si recurrí a esa fuente, no tenía cálculo propio en mi mente y, por lo tanto, no podía ser tomada como la gran novedad del reportaje, y mucho menos ameritar dos frases grandilocuentes del anuncio publicitarioY, finalmente, en ningún momento del reportaje mencioné a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia.El anuncio publicitario de La Nación dice textualmente:“CAVALLO HABLA DE LOS SOBRESUELDOS PAGADOS DURANTE EL GOBIERNO DE MENEM”. Los montos. La SIDE. Los millones de dólares distribuidos mediante el “sistema de reintegro de gastos protocolares”. El total de fondos repartidos entre 1991 y 1994. El papel de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia”Quiero pensar que ese anuncio refleja las respuestas que La Nación esperaba que yo diera al reportaje y no las que yo realmente di. Esto puede ser así, si quien preparó el aviso publicitario no había leído el reportaje. Espero, sinceramente, que como me ha asegurado Alberto Armendariz, en cuya integridad profesional confié, el titulado y los destacados reflejen el verdadero contenido de nuestro diálogo. Caso contrtario, me habré equivocado una vez más en mi intento por evitar que se siga sembrando confusión.